Immortals (2011) de Tarsem Singh

 

Por Alejandro Contreras.

 

 

Immortals (2011) se lanzó en España en vísperas de Navidad, y fue una apuesta muy acertada ya que consiguió imponerse a otras propuestas más apropiadas para el público infantil y ser la más taquillera en España durante esas fiestas. Casi mes y medio se sigue manteniendo en la cartelera con una recaudación bastante considerable.

 

Dice su director, el índio Tarsem Singh que Immortals (2011) es como si el pintor Caravaggio hubiera realizado en pinturas renacentistas El club de la lucha (1999). Parece más obvio la analogía con la que se publicitaba la película al ser producida por los mismos que hicieron 300 (2006), aunque su resultado parece más la versión seria de Casi 300 (2008).

 

Immortals (2011) recupera la leyenda de Teseo, del que se decía que era hijo del dios Poseidón, y que llegó a ser rey de Atenas aunque se le recuerda por su derrota al Minotauro en su laberinto. Toda esta historia es reformateada para permitir contar una historia que reconstruye al personaje al antojo de los guionistas, los hermanos Charley y Vlas Parlapanides. Aunque su Teseo (Henry Cavill) sigue siendo hijo ilegítimo de Poseidón (Kellan Lutz) y llegue a enfrentarse al Minotauro (Robert Maillet), todo eso queda un poco en segundo plano ya que Teseo se nos muestra como la gran esperanza de atenienses contra Hyperion (Mickey Rourke), el rey de Creta Hyperion que pretende liberar a los titanes escondidos en el Monte Tartarus para así destruir a los dioses. Como además se quería conseguir un éxito en la taquilla, no podían olvidarse de incluir una chica guapa (Freida Pinto) y un compañero para el protagonista (Stephen Dorff). 

 

 

El guión es bastante flojo, los giros bastante previsibles y a la postre hasta aburrido. Los personajes son tan de cartón piedra como los decorados, decorados que quedan en bastante evidencia con las maravillas de la post-producción. Cierto que en 300 (2006) no había 3D, pero tenían un storyboard mucho más rico y diverso que el mostrado en Immortals (2011). Además el 3D con imágenes tan oscuras, no luce mucho.

 

A pesar de contar con actores de la talla de John Hurt o Mickey Rourke tras su último casi-Oscar, las interpretaciones son bastantes justitas.

 

Henry Cavill, Kellan Lutz, Luke Evans y Stephen Dorff podrán ser actores muy atractivos en parámetros físicos, pero se quedan muy atrás de lo que hicieron Michael Fassbender, Rodrigo Santoro y Gerard Butler en 300 (2006), que les sirvió para destacarse con el gran público y marcar un importante punto de inflexión en sus respectivas carreras.

 

 

Immortals (2011) no es más que un producto de consumo rápido que trata de repetir el éxito de 300 (2006) con resultados algo pobres, y que decepcionará a quienes esperen disfrutar como hicieron con la película protagonizada por Gerard Butler.

 

Lo peor de todo es que su final amenaza con una secuela, y de eso ya no nos salvarán ni los dioses.

 

 

 

 

Immortals (2011) se estrenó en España el pasado 23 de diciembre de 2011.

 

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