¿Alguna vez has imaginado la posibilidad de que sabes absolutamente todo lo que se puede saber, pero lo has olvidado? ¿Has tenido la sensación de que la razón no es el vehículo adecuado para llegar a ciertas respuestas fundamentales?
Existe una teoría del conocimiento que postula al acto de conocer como una labor que, esencialmente, consiste en recordar. Uno de sus principales exponentes fue Platón, quien en uno de sus diálogos, Menón, expone la teoría de la reminiscencia. Según esta, el ser humano conoce a través de recordar aquello que alguna vez supo, cuando habitaba en el mundo de las ideas y luego, al aterrizar en un cuerpo físico, olvidó.
Pero y si en realidad ya conocemos todo, y ese conocimiento simplemente está dormido, entonces la gran pregunta es: ¿cómo despertarlo?, ¿cómo destilar esas respuestas que tanto añoramos y hacerlas brotar de entre los pastizales de nuestra mente?
La intuición es un vehículo ideal para atravesar la espesura racional y así llegar, por ejemplo, a las respuestas que se mantienen celadas al pensamiento. La ligereza propia de este acto, el intuir, contrasta con la densidad que acostumbra la mente, y es quizá esto lo que le permite surcarla con éxito.

Entonces, partiendo del supuesto de que tenemos ya las respuestas, aunque dormidas, y que una manera de despertarlas es la intuición, lo siguiente es determinar un método que nos permita dialogar con ese conocimiento intuitivo. Y es aquí donde el brillante Dale Bartholomew Cooper, Agente Especial del FBI que fue comisionado para investigar un cruento asesinato en el pueblo de Twin Peaks, nos convida un método bastante accesible.
Como explica el Agente Cooper a sus colegas en una memorable escena del episodio 2 de la serie, esta herramienta intuitiva le fue legada en un sueño. Se trata de “una técnica deductiva que involucra la coordinación mente-cuerpo, operando a la par que niveles profundos de intuición”.
A continuación el procedimiento:

1. Coloca un bote a una distancia considerable de ti (algo así como 15-20 metros).
2. Piensa en las probables respuestas que tiene tu pregunta (descarta el infinito, solo considera las más relevantes).
3. Junta tantas piedras como probables respuestas tenga tu pregunta.
4. Fija tu mente en la primera de las respuestas, exprésala en voz alta y lanza la piedra (siempre tratando de acertar con ella en tu objetivo).
5. Continúa el mismo ejercicio con el resto de respuestas hasta que consigas derribar el bote.
6. La respuesta en turno al momento de lograrlo será la que tu intuición te propone (a partir de una ecuación entre tu mente y tu sistema psicomotriz).