La novela de tu vida: Gonzalo Moure

Por Gonzalo Moure*.

Trilogía de la Frontera, de Cormac McCarthy.

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Dice Eduardo Galeano que estamos hechos de átomos, pero también de historias. Las propias y las de los otros, los que son, los que fueron y los que serán. Así como de las que escuchamos o leímos. En mi vida ha habido muchos libros que podrían ser “el libro”, cada uno el de su momento. Heidi, Guillermo, Ulises, Robinson, Jim Hawkins, Shanti Andía, Zalacaín, Gulliver, El innombrable, Ismael y Achab, Tom Sawyer, Colmillo Blanco (y seguiría y seguiría…).

No creía que fuera posible elegir uno, y tampoco me importaba, porque yo estaba hecho de todas sus historias, y entre todos me habían enseñado a ver la mía propia, muchas otras.

Hasta que llegué a la segunda parte de la Trilogía de la Frontera, de Cormac McCarthy. Me fascina la literatura de McCarthy, y sin embargo la primera de las tres novelas, Todos los hermosos caballos, no me había parecido gran cosa al lado de Suttree o Meridiano de sangre. Pero En la frontera, The Crossing… Es para mí la novela de todas las novelas, la que resume todo lo que antes me había fascinado. No de las novelas de McCarthy, aunque también, sino las de todas las que forman parte de mi vida. En sus tres personajes, Billy, la Loba y Boyd está casi todo lo que me apasiona de la vida: el desciframiento de la naturaleza, la verdadera compasión, el sentido secuencial de la humanidad. Y todo (sin casi) lo que me apasiona de la literatura: la precisión, la elegía cotidiana, la economía y la profusión, la combinación de las palabras con intención química.

Sus 135 primeras páginas son para mí lo mejor que he leído jamás, y me dejan sin argumentos para decir que la perfección literaria no existe. He leído esas 135 páginas en innumerables ocasiones. En la calibradísima traducción de Luis Murillo, en su inglés original, en silencio, en voz baja, en voz alta. He impartido un curso sobre ella. Y aún no puedo definir por qué me gusta tanto. No sé si es por lo que cuenta o por cómo lo cuenta, pero McCarthy consigue en esas 135 páginas que vida y literatura se parezcan como gotas de agua, pero al mismo tiempo trasciende a la vida misma. Al menos para mí. No me importa, porque lo que podemos explicar a menudo no merece la pena, porque solo lo inexplicable es sublime, y seguramente por eso, porque es inexplicable. Pero mientras me quede vida acompañaré una y otra vez a Billy Parham en su caballo por la frontera, con la loba detrás, con la loba dentro, con la loba como enigma de la naturaleza y como atisbo de comprensión de lo único bueno que a sus ojos puede tener el hombre, por encima de tanto dolor como le causa, de tanto horror como causa. Y no solo a ella, también a Billy Parham. Y a mí.

 

* Gonzalo Moure es escritor. Su último libro publicado es El arenque rojo (SM)

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