Carlos Linneo: el Plinio del Norte

Por Silvia Pato (@SilviaP3)

El sueco Carlos Linneo (1707-1778), considerado héroe nacional de Suecia, es a quien debemos la nomenclatura para clasificar y organizar los animales y las plantas. En la actualidad, se le considera el fundador de la taxonomía moderna y uno de los padres de la ecología, aunque en el momento de su fallecimiento era reconocido como uno de los científicos más importantes de su época. No es de extrañar, si tenemos en cuenta que ya con ocho años lo llamaban «el pequeño botánico».

Carolus Linnaeus in Laponian costume
Carolus Linnaeus in Laponian costume by Hendrik Hollander. Fuente: Wikipedia

Todo empezó cuando el joven estaba estudiando medicina en la Universidad de Upsala. En 1729 comenzó a destacar con su trabajo Praeludia sponsaliorum plantarum sobre la sexualidad de las plantas, gracias al cual fue seleccionado al año siguiente para dar clases en el centro universitario, aunque él todavía fuera un estudiante.

Por aquel entonces, llegaban de ultramar numerosos ejemplares de especies de todo tipo que resultaba casi imposible clasificar, debido a su cantidad y a la falta de un método adecuado que permitiera hacerlo. Linneo se propuso crear un sistema de clasificación que facilitara la tarea y, para ello, solicitó ayuda a su compañero Peter Artedi. Ambos se dividieron el trabajo, de forma que quien finalizara primero su cometido habría de ayudar a concluir el del otro, y se comprometieron a que, en caso de fallecimiento, el que sobreviviera publicaría los trabajos de su compañero.

Se pusieron a ello con denuedo pero, en 1735, Artedi falleció, ahogándose en un canal de Ámsterdam. Aquello no frenó a Linneo. Se encargó de la clasificación él solo y aquel mismo año publicó Systema naturae, el primero de los trabajos en los que expondría su propuesta taxonómica. De tal forma no desisitió hasta conseguir crear el sistema de nomenclatura que ha llegado hasta nosotros. Además, cumpliendo con lo prometido, Linneo publicó los manuscritos de Artedi en 1738, junto a una biografía del autor. Artedi pasaría a la historia como el padre de la ictiología.

En todos estos años, Linneo terminó la carrera, trabajó como comisionado, viajó por toda Europa siguiendo con sus trabajos de investigación y divulgación, ayudó a crear la Real Academia Sueca de Ciencias y, en 1950, fue nombrado rector de la Universidad de Upsala. Algunos de sus alumnos, a quien él llamaba «sus apóstoles», viajaban por el mundo para traerle diversas muestras botánicas.

Apareció así Philosophia botanica (1751), su obra más influyente, en la que exponía un estudio completo sobre taxonomía, el modo de redactar un diario de viajes y la forma de mantener un jardín botánico. Fue Linneo quien demostró la reproducción sexual de las plantas, otorgó los nombres de las partes de una flor y utilizó una nomenclatura binómica en la que se usaba un nombre para el género y otro para la especie. Dos años después, en 1753, apareció Species Plantarum, que incluía la descripción de más de siete mil trescientas especies en sus más de mil páginas, y que se convirtió en el principio de la nomenclatura botánica moderna.

The Animal Kingdom, from the first edition of Systema Naturae (1735)
The Animal Kingdom, from the first edition of Systema Naturae (1735)

Todo ello consiguió que, en su país, le nombraran caballero de la Orden de la Estrella Polar por el rey, distinción que lucía con orgullo. Todos le admiraban por igual. Jean-Jacques Rousseau afirmó que no conocía a un hombre más grande en la tierra. Goethe aseguraba que, a excepción de Shakespeare y Spinoza, nadie le había influido tanto. De hecho, Linneo se ganó varios apodos y sobrenombres: Princeps Botanicorum, el Plinio del Norte y el Segundo Adán.

El naturalista falleció a causa de un ataque de apoplejía en 1778. Un estudiante y admirador suyo, James Edward Smith, adquirió la colección completa que poseía el científico, y que aglutinaba catorce mil plantas, más de tres mil insectos, mil quinientas sesenta y cuatro conchas, miles de cartas y mil seisicientos libros, y fundó la Linnean Society of London.

El Plinio del Norte, en sus últimas voluntades, dejó por escrito que no quería que se recibiera a nadie en su entierro, pero sus deseos no fueron cumplidos. Cuando falleció, el mismo rey de Suecia se presentó al funeral, tal era la importancia que este botánico, zoólogo y científico sueco había adquirido.

MÁS INFORMACIÓN: The International Plant Names, Historias de la Ciencia (RTVE),  Parte práctica de botánica del caballero Carlos Linneo (ebook)

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