Teatro en el cine. “Fences”: Denzel Washington o lo inconmensurable del talento

Por Maximiliano Curcio

Hay actores que marcan una época, que definen un estilo, que su sola presencia en pantalla es garantía de éxito, seguridad, prestancia y calidad. Esas y otras virtudes engloba Denzel Washington, quien se ha destacado en cine, teatro y televisión a lo largo de una carrera prolongada, destacada y prolífica. Con “Fences”, el gran intérprete afroamericano se hace cargo de su tercer largometraje al mando de la dirección y adapta una célebre obra teatral, cuyo hito de llevar a la gran pantalla tiene mucho de triunfo personal.

Washington realizó su debut como director en el año 2002 con el excelente film “La historia de Antwone Fisher”, cumpliendo una postergada meta profesional y llevando a la pantalla una historia real de connotaciones sociales y comprometidas con su causa racial. De forma similar y casi como rasgo autoral, abordaría otra historia real e inspiradora, acerca de la superación individual para llevar a la pantalla: “The Great Debaters”, otra cabal muestra de su talento detrás de las cámaras. Con “Fences”, el resultado está a la altura de sus anteriores incursiones.

“Fences” perteneció, originalmente, al notable “Ciclo Pittsburgh,” autoría del dramaturgo afroamericano August Wilson. Esta serie de diez obras (que Washington coqueteó con llevar a la pantalla de la mano de HBO) relata la historia de la raza negra norteamericana en el siglo veinte. En la presente obra, la trama se desarrolla en el año 1957 en donde Troy Marxson (Denzel Washington) es un apesadumbrado hombre que carga con la rutina laboral y familiar de su vida. Los sueños rotos de joven estrella del deporte, por culpa de las barreras raciales, lo han convertido en un estricto padre. Sin embargo, un hecho circunstancial pondrá en duda su hombría de bien y su matrimonio, haciéndole replantear sus conceptos morales.

La obra, ganadora del prestigioso Premio Pulitzer y el Premio Tony en su primer estreno Broadway en 1985, regresó a las tablas neoyorquinas en el año 2010, estelarizada por la dupla de Denzel Washington y Viola Davis, quienes repiten sus roles en la versión cinematográfica, acompañados de un destacado casting secundario. Dirigida con gran calidad por Kenny Leon, la puesta fue un suceso absoluto de taquilla y crítica, permitiendo el lucimiento de sus protagonistas y convirtiendo a Denzel Washington en uno de los pocos actores de la historia en ganar los tres premios máximos: Tony Award, Golden Globe y Oscar.

Aun en su madurez, redescubriéndose como un inmejorable héroe de acción, para Washington “Fences” representa el regreso al drama intimista lejos del mainstrem, a los films de pertenencia y compromiso social. El antihéroe al que da vida es el enésimo gran papel de su carrera, que ahora se da el lujo de llevar desde las tablas de Broadway a Hollywood, componiendo un personaje que consta de una gran profundidad y complejidad, al cual este talentoso actor dota de una variedad de matices psicológicos en su improvisación para transmitir una credibilidad destacable. Con memorables pasajes para disfrutar a lo largo del film, enriquecido con textos y diálogos notables, Washington nos permite palpar la imperfecta naturaleza humana de Troy. Es innegable que un protagónico en sus manos resulta un gran factor que contribuye al éxito del film; pocos discutirán que estamos hablando del mejor intérprete de su generación.

 Washington mantiene intacta su imponente presencia en pantalla y sabe cómo dotar de sutilezas al personaje que compone, cumpliendo con la difícil labor de dirigirse a sí mismo. El enorme intérprete nos entrega otra muestra de un talento intacto, de una presencia magnética que se ha mantenido en el más alto nivel de calidad actoral por las últimas tres décadas, convirtiéndose en el mejor actor de su generación y uno de los más premiados de todos los tiempos. Notablemente acompañado por Viola Davis, la brillante actriz ganadora del Oscar se consagra con este antológico papel, gracias a la sensibilidad de Washington detrás de la cámara. El director ejerce una excelente dirección actoral sobre Davis, para captar de manera conmovedora su sufrimiento, su postergación, su tenacidad y su lucha silenciosa.

Fences fue la gran presentación de los premios Oscar 2017, alzándose con cuatro nominaciones en categorías de producción, adaptación y actuación. Cabe destacar la laureada trayectoria de su autor original, August Wilson, una de nuestras grandes plumas contemporáneas, fallecido en el año 2005. El dramaturgo fue dos veces ganador del Premio Pulitzer y Washington, icono de la comunidad afroamericana, le honra con una sensible y potente adaptación.

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