Divertido recuerdo de “La asamblea de las mujeres” con Lolita y gran elenco dirigidos por Juan Echanove

Aristófanes es un chico muy antiguo y muy actual, como es propio de los clásicos, sí, pero en este caso con una razón política y teatral de mayor compromiso con las cosas que nos pasan aquí y ahora.

Nacido en el 444 y muerto en el 385, siempre antes de Cristo, en la entonces ciudad de Atenas —urbe muy formal, muy seria, con incipiente democracia y muchos grandes poetas trágicos y filósofos de postín—, Aristófanes inventó la risa sobre todos los temas que aquejaban a la élite y al pueblo que llenaba los teatros al aire libre.

El gran burlador fue crítico con los convencionalismos de la guerra y las torturas emocionales bajo el dominio del politeísmo, por eso esta Asamblea de mujeres tiene tan ricos matices, lo mismo en el original, que en la adaptación para el siglo XXI realizada por Bernardo Sánchez y dirigida por Juan Echanove. Entre los dos han fabulado una creación novísima por la que respira a gusto la historia donde patriarcado belicoso y lucha femenina buscan y encuentran un lenguaje común para derribar mitos y reconstruir esperanzas.

Tras dos horas de carcajadas, cuando terminaba la función el público aplaudía de pie, lo mismo los 3000 espectadores de Mérida que los 900 del Teatro de La Latina y de allí donde fueran de gira. Una juega con muchos talentos que bien vale recordar.

 

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Trascripción de la entusiasta crítica publicada en CULTURAMAS el 30 de agosto de 2016

De Mérida a Madrid, “La asamblea de las mujeres” renueva su triunfo un año después

Por Horacio Otheguy Riveira

En la intimidad del teatro La Latina, lo que se pierde en espectacularidad se gana en complicidad. No están los figurantes imprescindibles para poblar aquel escenario romano, pero la compañía se basta a sí misma para colmar de parabienes a un público igualmente entregado que también llena esta sala, donde se pueden apreciar mejor los múltiples detalles de la adaptación de Bernardo Sánchez del original de Aristófanes, y la puesta en escena de Juan Echanove: una celebración de la libertad de mujeres dispuestas a todo lo que consideren justo, divertido y placentero, sin miedo ni limitación frente a hombres que, para dejar de ser unos botarates, sólo pueden ir más allá y convertirse en medio mujeres, como una especie de ósmosis liberadora.

El paso por Madrid es muy breve, así que los amantes de la farsa más desprejuiciada deben darse prisa. La última función será el 11 de septiembre. Quienes consigan participar de la fiesta podrán compaginar la risa directa de un show popular con toda clase de guiños intelectuales. Para todos los gustos, y además se canta un poco, lo suficiente como para volver a la calle como unas pascuas.

Para abrir boca, un prólogo que avisa de qué y cómo va a ir la cosa. Canta Pedro Mari Sánchez a la manera de una tragedia griega pasada por la turmix de la juerga andaluza:

 

(…) Sortilegios y señales
criaturas del espanto
auguran duelos y llantos
sobre dioses y mortales

Ay de mí, Ay de mí

Las malas lenguas sugieren
que se avecina un infierno:
van a tomar el gobierno
y mandarán las mujeres

(…) No acabarás en la hoguera
sino al pie de los fogones
y cada vez que ella quiera
te bajarás los calzones

Ay de mí, Ay de mí

Ve diciendo adiós al juego
y ten lista la entrepierna
por si la que te gobierna
vuelve pidiéndote fuego

Ay de mí, Ay de mí

Pedro Mari abarca la esencia y el resplandor del decadente imperio masculino, va a menos peldaño a peldaño y si en el comienzo se marca el Ay de mí, Ay de mí con aire de afligido flamenco, en su siguiente aparición ya vendrá con ropas de su esposa, quien le robó las suyas para enfundárselas y dar ejemplo presidiendo la primera Asamblea de las mujeres con féminas vestidas de hombres.

Una creación por todo lo alto y por todo lo bajo en un actor con muchas tablas pero que no recuerdo haberle visto nunca desplegando semejante versatilidad: sensacional en el hombretón vestido con un vestidito rojo que más parece un camisón, un tipo desesperado ante los nuevos tiempos, un modelo de hombre que empieza a doblegarse a poco que se descuide. Ya el texto lo describe con claridad: “Blépiro es prostático, desconfiado, avaro, intrigante de medio pelo, calzonazos  y huevón”. Pues bien, con estos atributos conformará un personaje que cuando se desdobla en una rubia despampanante, logrará el más difícil todavía al imponer un desafiante medio hombre muy bien llevado con su pícara y enérgica media mujer. Un auténtico ingenio teatral en la conjunción de géneros cómicos.

61 Festival de Teatro Clásico DE Mérida. 26/07/2015 -La asamblea de las mujeres. REPARTO Lolita: Praxágora María Galiana: Althea Pastora Vega: Clytia Pedro Mari Sánchez: Blípero Luis Fernando Alvés: Ciudadano 2 Concha Delgado: Lavinia Sergio Pazos: Cremes Bart Santana: Ciudadano 1 Santiago Crespo: Cliente FIGURACIÓN Jorge Andolz Amanda Gómez Laura Moreira Alexis Nicolás ensayo Foto/ Jero Morales
Luis Fernando Alvés y Pedro Mari Sánchez.

Este personaje —y cuanto le sucede— resulta clave en la dimensión de esta sátira de costumbres que en el siglo IV a.C. escribiera Aristófanes, un auténtico toca pelotas de los listos de la clase, los filósofos y poetas trágicos a quienes se atrevió a parodiar. Y lo hacía con conocimiento de causa, como lo ha hecho el adaptador de la función, Bernardo Sánchez, un concienzudo hombre de letras (con perdón) que se ha tomado muy en serio esto del humor sin miramientos pero con riguroso desarrollo escénico. Tampoco el director Juan Echanove tiene experiencia en el género, así que resulta evidente que se la jugó sí o sí a zambullirse en la compleja dinámica de la burla, el sarcasmo, la ironía y la felicidad inmensa de rendirse a una democracia delirante donde ellas ponen un orden que nos enseña a ser libres, sin dioses ni hombres que nos marquen el paso.

Precisamente en esta misma sala Echanove protagonizó (único actor, acompañado de la cantante Maika Makovski) una bellísima y a la vez desgarradora interpretación de varios textos de Edgar Allan Poe: Desaparecer. Actor polifacético que también ha dirigido dos obras intimistas y sutiles (Visitando al señor Green; Conversaciones con mamá). Esta vez se ha implicado en un proyecto mucho más difícil con estupendos actores en una encomiable entrega que el público agradece.

 

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Pedro Mari Sánchez y Lolita.

 

Ya escribí el pasado verano sobre esta Asamblea de las mujeres, después de verla en el Teatro Romano de Mérida, pero ahora, en la mayor cercanía de La Latina, muchos detalles resultan especialmente atractivos, lo mismo algunos ya destacados entonces como otros que parecen completamente nuevos, recuerdo y presente se dan la mano para un resultado óptimo donde todos los intérpretes juegan su baza con una precisión tan rica que parece que hubiesen hecho el género satírico toda la vida.

Pueden encontrarse toda clase de hallazgos, como guiños para amantes del cine realmente fantásticos. Por ejemplo, la aparición de las tres “chicas” que deben ensayar el papel de hombres para la Asamblea, tiene una dirección muy similar a la de Los Tres Chiflados con deliciosa expresión corporal por parte de las mismas actrices que luego jugarán a ser tres prostitutas liberadas del yugo de los hombres y del vil metal, pues ellos habrán de acostarse sin pagar, pero por el orden que ellas impongan: Concha Hidalgo (quien además se marca un número de cabaret con poquísima ropa y un toque atrevido ligeramente infantil), María Galiana y Pastora Vega, brillantes en cada aparición.

asambleaSergio Pazos compone de manera magistral a un abogado/administrador tan gallego como él mismo, eso sí, muy cínico y pesetero con un toque perverso que recuerda al judío Shylock de la tragedia de Shakespeare El mercader de Venecia, sin perder un ápice de sentido del humor.

También se homenajea a Billy Wilder y su espléndida comedia Con faldas y a lo loco, y hay una serie de gags relacionados con la directa actualidad (buen oportunismo que también se aplicaba en tiempos de Aristófanes…), y mucho más en un rítmico pim pam pum de ingeniosos recursos, entre los cuales se lleva la palma un cliente de las ardientes chicas que viene a ser nada menos que Sófocles, aquí un muchachote que, a punto de que le lleven al huerto, descubre el argumento de Edipo Rey, su obra más taquillera, y lo hace al grito de ¡Me forro, me forro! 

 

61 Festival de Teatro Clásico DE Mérida. 26/07/2015 -La asamblea de las mujeres. REPARTO Lolita: Praxágora María Galiana: Althea Pastora Vega: Clytia Pedro Mari Sánchez: Blípero Luis Fernando Alvés: Ciudadano 2 Concha Delgado: Lavinia Sergio Pazos: Cremes Bart Santana: Ciudadano 1 Santiago Crespo: Cliente FIGURACIÓN Jorge Andolz Amanda Gómez Laura Moreira Alexis Nicolás ensayo Foto/ Jero Morales
(Concha Hidalgo, Santiago Crespo, Pastora Vega). Las alegres chicas y su cliente, un Sófocles tontorrón que descubre el primer éxito mundial de la historia del teatro.

 

Como despedida, una canción comandada por Pedro Mari Sánchez y Lolita (formidable siempre, pero más aún cuando se ríe de sí misma moviendo las manos como si luciera palmito de cante y señor nuestro), y luego por toda la compañía. He aquí un poco del Pasodoble del Gran Final:

 

De los confines del imperio persa

vendrán para gozar de los placeres

dirán que ¡Viva Atenas la perversa!

que golfea y no malversa

 

¡¡¡Y que vivan sus mujeres!!! (todos)

 

Platón erre que erre con su idea

mirón mira que mira los detalles

Homero, Fidias, Píndaro y Esquilo

todos han pasado un kilo

de la gente de la calle

 

Yo no digo que sean mala gente

con tanta inteligencia me apabullo

filósofos, artistas y poetas

que piensan con la bragueta

pero son unos capullos (todos: capullos)

 

De Clítor a las islas del Egeo

un grito clama en todas las esquinas

¡Gobierno femenino y se acabó!

¡Y antes que se ponga el sol

que nos devuelvan las ruinas! (todos: estrofa entera)

 

¡Gobierno femenino y se acabó!

¡Y antes que se ponga el sol

que nos devuelvan las ruinas! (todos)

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Autor: Aristófanes

Versión: Bernardo Sánchez

Dirección: Juan Echanove

Musica original y canciones: Javier Ruibal

Intérpretes: Lolita, María Galiana, Pastora Vega, Pedro Mari Sánchez, Luis Fernando Alvés, Concha Delgado, Sergio Pazos, Bart Santana, Santiago Crespo

Diseño de iluminación: Juan Gómez Cornejo
Diseño de escenografía: Ana Garay
Diseño de vestuario: Ana Garay y Rafael Garrigós
Ayudante de dirección: Mónica Vic
Ayudante de vestuario: José Antonio Gigante
Diseño de peluquería y maquillaje: Lolita Gómez

Teatro La Latina, hasta el 11 de septiembre 2016.

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