Refrescante variedad de buen teatro en el verano del Teatro Lara

Por Horacio Otheguy Riveira

El ardiente verano sale pitando del asfalto madrileño y se deja ir entre sonrisas, carcajadas y variadas emociones en el Teatro Lara. Cuenta con dos salas y una notable variedad de espectáculos en muy variados horarios. La aventura está servida con precios asequibles como todas las temporadas. El antiguo teatro se mantiene lleno de energía a sus 130 años, desplegando fórmulas escénicas contemporáneas en las que prevalece el buen humor compartiendo cartel con algunos giros dramáticos muy originales. De todo como en botica, pero en clave teatral.

A continuación, breve selección de cuatro funciones de una programación mayor que puede verse completa en la estupenda web de la sala.

EL MENSAJE, escrita y dirigida por Ramón Paso

Con Natalia Millán, Ana Azorín, Inés Kerzan, Ángela Peirat, Carlos Seguí.

HASTA EL 19 DE SEPTIEMBRE, de martes a domingo, sábado dos funciones. Sala Cándido Lara.

Una función que conjuga el talento profesional de una gran actriz-cantante como Natalia Millán con capacidad para reírse de sí misma en una cantante frustrada que oscila maravillosamente entre la señora cursilona que quiere ser una dama y una mujer de rompe y rasga que no le teme a nada. Un personaje hecho a medida de su talento que conjuga chispa y elegancia incluso para marcarse unos tacos sin pelos en la lengua que brillan como soles. Si fascina el juego de sus réplicas, sustos y audacias, frente a ella destaca la comicidad histriónica de Ana Azorín en el papel de una insólita bobalicona con cargamento de sorpresas en el eterno juego cómico de que nada es lo que parece.

Brillantes siempre sus encuentros y desencuentros, fantástica resulta la escena estelar de la comedia, en que se quedan solas en escena con un conflicto emocional que parece una cosa para transformarse en otra como si fuera un espléndido dueto de ópera bufa, y al respecto, para los muchos admiradores de la cantante-bailarina Natalia Millán con ecos de Viuda alegre y maestra de Billy Elliot, advertirles que tengan paciencia porque también  hará su breve pero entusiasta aparición. Junto a ellas, las “divinas” profesionales de la Compañía, Inés Kerzan y Ángela Peirat, con la colaboración especial de otro imprescindible, Carlos Seguí.

 

JOHNNY CHICO, de Stephen House, dirigida por Eduard Costa. Con Víctor Palmero

HASTA EL 28 DE AGOSTO, jueves 22,30. Sala Cándido Lara.

Un valiente monólogo que trata el conflicto de identidad personal y sexual que vive un joven marginal, que trata de subsistir en una gran ciudad recién llegado de un pueblo, escapando de la violencia familiar y la incomprensión. Pinceladas de ternura, humor, crudeza y emoción, pero sobre todo de realidad, componen esta obra en la que Víctor Palmero da vida al protagonista y a todos aquellos que interactúan con él.

En Johnny chico no hay concesiones, ni tampoco perdón. Es sólo una historia más de un chico que no cuadra en la realidad en la que vive, ni en el cuerpo en el que convive; pero que, aún y así, trata de sobrevivir al mundo que le rodea a pesar de no encajar en el mismo y busca lo mismo que, en el fondo, buscamos todos: ser amado y aceptado. Con un sentido esencial de libertad y respeto por la vida propia y ajena.

BALDOSAS AMARILLAS, de Sandra Pedraz Decker, dirigida por Ramón Paso

Con Ángela Peirat, Jordi Millán, Alicia Rueda, Guillermo López-Acosta, Verónica Cuello, Esther Roiz, Vicenta González, Noah Ferrero

HASTA EL 29 DE SEPTIEMBRE. Miércoles y jueves 22 horas.

Con el ritmo y la locura pasional de un gran vodevil, una función trepidante: comedia y anticomedia, melodrama que se cuestiona constantemente. Combate de adicciones en busca de nuevas drogas con las que evaporarse de la angustia diaria, el vacío que «normalmente» se busca en fármacos con y sin receta, a menudo en baño de alcohol de 40º, pero eso ya es de adultos adaptados, colgados del No pasa nada, yo controlo. Pero aquí pasa de todo; al fin desbocados, estos ocho dan pie a un espectáculo de historias cruzadas con personajes en busca de lo peor o lo mejor de ellos mismos. Combate de adicciones que luchan entre sí en la febril apuesta de vivir o morir. Cada personaje tiene delineado un perfil determinado. Lanzados a lo que sienten, lo que ven de sí mismos o lo que necesitan ser… el desarrollo de sus historias tiene el vigor de una ficción bien documentada que se atreve a conmover con sentido del humor.

Un espectáculo trepidante que ronda una pasión posmoderna, enfermiza, alimentada a base de bien por el mismo entramado social que reprime, persigue y condena todas las adicciones que ha fomentado. Un sálvese quien pueda que reclama una revolución social sin paliativos, tan inflexible como el sistema que se padece. Mientras tanto, la lucha es individual, solitaria y a la vez necesitada de solidaridad. Familias disfuncionales con padres y madres que hubieran preferido no serlo. Sobre esa base en el origen infanto-adolescente de un nutrido grupo de jóvenes se desarrolla Baldosas amarillas, de Sandra Pedraz Decker, producida con un mimo exquisito, al mismo exigente nivel que El mensaje en la sala principal.

 

 

PISAZO!, escrita y dirigida por JuanMa Pina.

Con Olga Hueso, Mario Alberto Díez, Sergio Campoy 

HASTA EL 26 DE SEPTIEMBRE. Sábados 20,15-Domingos, 18 horas.

Una comedia de situación de tres personajes con diálogos ágiles llenos de ironía donde la acción se genera a partir de varios mensajes de desconocidos. Los móviles de los  inquilinos juegan un importante papel y sus tonos, politonos de mensajes o llamadas entrantes marca el ritmo de la obra.

Lo que comienza como un inocente juego será en el desencadenante de una serie de absurdos e imprevisibles sucesos que convertirá esa primera noche en PISAZO! en un punto de inflexión en las vidas de sus tres inquilinos. La obra cuenta que el derecho a la vivienda hay que defenderlo a mordiscos, que una habitación exterior bien vale un engaño y a lo que somos capaces de renunciar por vivir en un PISAZO!

Se trata de la versión contemporánea de El Pisito, la película de Ferreri y Azcona que en 1959 nos mostraba los sacrificios que una pareja debían hacer por poder alquilar el piso de sus sueños. En el 2021, Madrid sigue igual: el metro cuadrado vale su medida en oro, todos queremos vivir en sus calles más céntricas y el público sigue con ganas de reírse de lo absurdo de todo ello.

TEATRO LARA, MADRID

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