Los monólogos de la Vagina reaparecen en Madrid para insistir en lo mucho que saben

Horacio Otheguy Riveira.

Monólogos dentro de una estructura teatral muy dialogada, creados por una mujer para tres mujeres: cuarteto que se rinde homenaje con sentido del humor y gran sensibilidad, además de gran solidaridad y conciencia política, ya que la palabra vagina (repetida muchas veces al comienzo para acostumbrarnos a ella) ha sido denostada desde tiempo inmemorial, y aún lo es en gran parte del planeta. Pero estamos aquí, por ejemplo, concretamente, en una sala de Madrid, y aprovechamos el privilegio de poder entablar conversaciones hasta no hace mucho imposibles en torno al bendito sexo de las mujeres, santificado según convenga, y todo ello se convierte en un espectáculo donde una mujer nos habla de su vagina para que de pronto aparezca en escena ella misma, su propio coño «con olor a pescadito y no con esos perfumes que nos quieren meter», para luego incorporarse la propia dama en su juventud, cuando descubría su clítoris y pasiones desconocidas.

Las tres acaban juntándose. El público festeja, jalea, ríe. Las actrices se entregan con desparpajo y no poco talento. Y al final recuerdan que todo esto es un gran privilegio al que hay que sacarle mucho brillo porque todavía hay muchas mujeres que padecen, tanto en tiempos de paz como en tiempos de guerra: ¿Hacia dónde apuntar cuando las fieras están hambrientas, sino hacia ellas para convocar el desprecio y la crueldad? Entonces, entre risas, se desliza la rabia, un doloroso «¡Estoy harta de ser el grito de las que no tienen voz!».

De izquierda a derecha, y por orden de aparición: la elegancia de Olga Hueso que rompe el hielo de la cuarta pared para lanzar la palabra vagina como un balón con el que jugar de manera alucinada. Rocío Madrid, la que sorprende con el desparpajo natural de “ser el chochete” de la dama; y Albanta San Román, en el encantador juego de encarnar la juventud de la primera y la segunda: aquellos tiempos en los que todo era novedad.

Tres actrices estupendas muy bien atendidas por el director Edu Pericas que logra una atmósfera de confianza y simpatía irresistibles como ya sucediera en Confesiones de mujeres de 30, y también, dentro del mismo tipo de comedia, con Hombres desesperados y Los hombres son de Marte y las mujeres de Venus, todos éxitos que se extendieron por numerosas salas del país.

Los monólogos de la Vagina es una comedia que rompió tabúes e hizo historia. Una comedia sobre las mujeres y su sexualidad, los tabúes sociales, la represión y la incultura sexual. La clave de su éxito es la intemporalidad. Trata abiertamente sobre la sexualidad de la mujer pero no entra en la tortuosa relación hombre-mujer.

La vigencia, universalidad y contemporaneidad en todos los sentidos del tema la hacen rabiosamente actual y necesaria. Un espectáculo para hartarnos de reír pero también para reflexionar. Estos monólogos son un viaje en tono de comedia que transcurre en este particular cabaret, con historias reales, a veces esperpénticas y algunas cercanas al drama en forma de denuncia.

La obra ha sido traducida en más de 45 idiomas y ha sido llevada al escenario en más de 120 países. Cuando se estrene esta nueva puesta en escena de la obra en España, habrán pasado ya 24 años de la primera función en Nueva York, pero la vigencia, universalidad y contemporaneidad en todos los sentidos del tema la hacen rabiosamente actual y necesaria.

 

Estaba preocupada por las vaginas

 

Eve Ensler es actriz, además de escritora (narrativa, teatro, cine), nacida en Nueva York, tuvo su primer gran éxito en Off-Broadway y a partir de allí, gracias primero al boca a oreja, después a los numerosos periodistas que escribieron al respecto  se ha representado en todo Estados Unidos, así como en Argentina, Uruguay, México, Israel, países del Este, Reino Unido, varias ciudades españolas. En todas partes donde se ha representado ha cosechado un enorme éxito de público femenino con su corte de «hombres buenos» deseosos de participar y marcar la diferencia con cualquier acontecimiento bestial relacionado con la falocracia y sus adláteres más o menos vergonzantes.

En 2001 fue elegida en Estados Unidos para abanderar la lucha contra los malos tratos a representantes del sexo femenino; es el resultado de las entrevistas que Eve Ensler realizó a más de doscientas mujeres para escribir sobre su obra teatral del mismo título. Estaba preocupada por las vaginas. Me preocupaba lo que pensamos sobre la vagina, y aún más que no pensáramos sobre ellas. Así que hablé con más de doscientas mujeres, hablé con mujeres mayores, jóvenes, casadas, solteras, lesbianas, profesoras universitarias, actrices, ejecutivas, prostitutas, norteamericanas, afroamericanas, asiáticas, hispanas, blancas y judías. Al principio se sentían cohibidas. Pero una vez que se animaban, ya no había forma de pararlas.

Texto: Eve Ensler

Adaptación y dirección: Edu Pericas
Actrices: Con Olga Hueso, Rocío Madrid & Albanta San Román

Escenografía: Xavier Erra
Vestuario: Tania Tajadura
Caracterización: Mauro Gastón
Iluminación: Ignasi Morros
Espacio sonoro: Ramon Vives
Regidora: Teresa Ribera
Jefe técnico: Joan Segura
Cartel: Frankie de Leonardis
Fotografía: Nelson Pará
Producción: ANEXA

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