Teatro en el cine: «Boeing Boeing» con Jerry Lewis y Tony Curtis

Por Horacio Otheguy Riveira

Puede que en la década del 60 fuera una fiesta muy festejada, pero que en nuestra época provoque cierto sonrojo. Sin embargo, la cosa no ha parado de funcionar para numerosos públicos de muy variados parajes, y sigue aquí y ahora dando mucho de sí, agotados en general los felices recursos de los vodeviles. Y es que Boeing, Boeing (nombre de aviones de pasajeros de gran impacto en aquellos años) es una comedia de puertas donde esconder a las amantes y esconderse de las más celosas es capital, gracias a un amigo muy listo pero con apariencia de tontorrón y a una asistenta cascarrabias, ideada para intérpretes de amplios registros.

Aquellas aventuras de parejas cruzadas por parte de un galán ligeramente cínico, nada menos que entre azafatas guapísimas, hoy son la variante divertida del cada vez más festejado reino del poliamor. Chicas liberadas de toda resistencia sexual y un guaperas con carisma dispuesto a todo con tal de disfrutarlas de una en una —una en cada ciudad donde arriba el avión que pilota— hasta que un problema inesperado las junta con alto riesgo de explosión de celos.

La película se estrena en 1965, basada en la comedia del escritor francés Marc Camoletti, la cual estuvo en escena, en el teatro Duchess de Londres, durante ¡siete años! continuos desde 1962. Y, en 1991, entró en el Libro de los Récord Guinness como la obra francesa más representada alrededor del mundo.

 

Foto en blanco y negro promocional, sobre una película a todo color, como se decía entonces.

SINOPSIS: Bernard es un exitoso periodista al que se le dan estupendamente las mujeres, tanto que está con tres a la vez. Ellas son azafatas de diferentes compañías aéreas y por lo tanto, de distintos países. Las recibe en su apartamento en días y horarios diferentes, para que así nunca puedan coincidir, ya que cada una piensa que es la única mujer en la vida de Bernard. El problema llega el día en que las compañías aéreas deciden ponerse en huelga. Entonces los horarios de vuelo cambian y se reducen dando lugar al enredo principal de la obra. Las tres coinciden el mismo día a diferentes horas; por si esto fuera poco, Bernard también tendrá que estar pendiente de un amigo, Roberto, también periodista y corresponsal de guerra, que, debido a la huelga, se ha quedado en tierra y no tiene más remedio que acudir a en su ayuda para que le aloje hasta que la huelga finalice. Un amigo ingenuo como pocos, ideal para servirle de colaborador a todo riesgo…

El éxito de sus protagonistas era muy grande en los 60, de allí que se escogiera un sistema de cartel hasta entonces nunca visto: sus nombres cruzados como astas de las hélices de un avión, así ninguno destacaría por encima del otro. Tras este éxito siguieron con sus intensísimas carreras y no volvieron a coincidir. Ambos con fuerte personalidad y unos egos muy bien plantados, agasajados por múltiples fans.

Jerry Lewis viviría toda la década en plenitud de recursos como actor cómico (y excelente dramático en El rey de la comedia, donde se parodia a sí mismo con dureza), guionista, director, productor, y estrella en eventuales shows benéficos en televisión apoyando la recaudación de fondos para la investigación de la distrofia muscular; a su vez realizaba muy aplaudidas actuaciones en clubes nocturnos y teatros en Estados Unidos, Reino Unido y Francia. Murió en su casa de Las Vegas a la edad de 91 años. Tuvo siete hijos con dos esposas.

Entre su prolífica filmografía destacan: El botones, Cinderella, El terror de las chicas, El profesor chiflado… y desde luego una exitosa serie de películas con Dean Martin (que superó en mucho el triunfal dúo de Bing Crosby y Bob Hope, de años anteriores).

Por su parte, Tony Curtis llevaba mucho tiempo plenamente integrado en la gran industria cinematográfica en películas de todo tipo, melodramas, policiacos, de aventuras y en la época de este rodaje con un buen caudal de comedias en las que encarnaba enamoradizos de rompe y rasga con criaturas celestiales como su propia esposa Janet Leigh (Los vikingos, Coraza negra, Vacaciones sin novia, El gran Houdini…), Gina Lollobrigida en Trapecio, y Marilyn Monroe en la célebre Con faldas y a lo loco. Murió con 85 años en su casa —también de Las vegas—. Tuvo seis esposas y seis hijos.

Completan el reparto figuras desconocidas:  Dany Saval, Christiane Schmidtmer, Suzanna Leigh, Lomax Study y la siempre espléndida Thelma Ritter, en el papel del ama de llaves, harta de “sacar las castañas del fuego” al guapo que la ha contratado para mantener en orden el piso.

Marc Camoletti nació como ciudadano francés en Ginebra (Suiza), aunque su familia tenía orígenes italianos. Su carrera teatral comenzó en 1958 cuando tres de sus obras se presentaron simultáneamente en París, La Bonne Anna , con 1.300 representaciones y que se representará en todo el mundo. Boeing-Boeing (1960) fue un éxito aún mayor y sigue siendo el éxito característico de Camoletti la producción original de Londres de 1962, en una adaptación de Beverley Cross , se estrenó en el Apollo Theatre , haciendo más de 2.000 representaciones. Don’t Dress for Dinner , también estuvo presente durante siete años en Londres.
Las obras de Camoletti se han representado en numerosos idiomas en 55 países. Solo en París, 18 de sus obras han sumado alrededor de 20.000 representaciones en total. Diez de sus obras de teatro también se han hecho en televisión, incluida Sexe et Jalousie. En 1979 dirigió su único largometraje, Duos sur canapé, basado en una de sus obras.. Camoletti pertenecía a la” Société Nationale des Beaux-Arts”. Fue galardonado con el Chevalier de la Légion d’honneur uno de los más altos honores de Francia. Murió en Deauville, en la costa de Normandía , en el año 2003 a los 79 años.

En el teatro fue un éxito internacional sin parangón. En algunos países incrementado con la inclusión de figuras populares de la canción o el humorismo televisivo en el papel del galán irresistible que en la película desempeña Tony Curtis. Cinco versiones diferentes en España dan la pauta de lo que fue un fenómeno del vodevil desde su estreno en París, Broadway, Londres…

Teatro Eslava, Madrid, 8 de septiembre de 1962. Dirección: Juanjo Menéndez. Adaptación: José Luis Alonso Mañés. Intérpretes: Juanjo Menéndez, Ana María Vidal, Hugo Pimentel, Marisol Ayuso, May Hetherly, Lina Morgan.

Teatro Guimerá, Barcelona, 4 de febrero de 1964. Dirección: Carlos Lucena. Adaptación: José Luis Alonso Mañés. Intérpretes: Rosa María Sardá, María Pilar Fanlo, Ana María Simón, Rosario Cuadras, Carlos Lucena y Antonio Miño.

Teatro Reina Victoria, Madrid, 24 de junio de 1975. Dirección: Luis Varela. Adaptación: José Luis Alonso Mañés. Intérpretes: Paloma Hurtado, Pedro Valentín, Verónica Luján, Susan Taff, Regine Gobbib, Luis Varela.

Teatro Coliseum, Barcelona, 18 de marzo de 2009. Dirección: Alexandre Herold. Adaptación: Paco Mir. Intérpretes: Ángel Llacer sustituido por Jordi Díaz, Cristina Solá, Marta Bayarri, Pep Munné, Ángel Pavlovsky, Mireia Portas. (Ama de llaves interpretado por el travestismo excepcional de Ángel Pavlovsky). [Foto]

Teatro Apolo, Barcelona, Otoño de 2009. Dirección: Alexandre Herold. Adaptación: Paco Mir. Intérpretes: Álex Casanovas, Cristina Solá, Santi Ibáñez, Beth Rodergas, Mercé Comes, Marta Bayarri.

 

 

Última versión en 2022, dirigida por Ricard Reguant con Andoni Ferreño y Agustín Bravo en la pareja de amigos protagonistas, un brillante reparto en las guapas señoritas del gran seductor con tres dúctiles actrices, bellezas fundamentales en las correrías de la comedia: Lydia Miranda, Lola Rod y Laura Artolachipi… y una novedad en la colaboración especial de Alberto Closas —durante muchos años en tareas de producción— que encarna al divertido mayordomo, en el texto original y en la película a cargo de una mujer.

Se estrena a finales de enero 2022 en el Teatro Bulevar de Torrelodones, para inmediatamente iniciar larga gira hasta el mes de agosto que establecerá sede en el Amaya de Madrid hasta noviembre.

A la eficaz dirección de Ricard Reguant se deben numerosos éxitos de géneros diversos, tales como el teatro de suspense de La habitación de Verónica; la zarzuela La corte del faraón, convertida en brillante comedia musical o Para hacer bien el amor hay que venir al Sur, homenaje a las canciones de Raffaella Carrá.

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