Theodosia y las serpientes del caos

Por Àngels S. Amorós

R.L. Lafevers (texto) y Diego de los Santos (traducción del inglés). Theodosia y las serpientes del caos. Barcelona: Editorial Bambú (Editorial Casals), 2022. 312 pp. A partir de los 9 años.

Un revoltijo caótico de olores nauseabundos me golpeó como un puñetazo: el aroma cobrizo de la sangre, el pestazo a podredumbre y descomposición, a humo de madera y azufre. Reprimí un grito y casi me fallaron las piernas ante la fuerza de la magia negra que inundaba la sala procedente del arcón.

Theodosia Throckmorton duerme en un sarcófago, lee pergaminos antes de acostarse y tiene una gata negra llamada Isis a la que embruja por accidente. Esta niña inglesa vive en el Londres de principios del siglo XX y es capaz de detectar la magia negra y las maldiciones. Esta capacidad no la conoce nadie y ella está bastante atareada ya que suele pasar gran parte del día -y también muchas noches- en el Museo de Leyendas y Antigüedades de Londres donde su padre es el curador principal. Su madre es la encargada de hacer las compras y escoger los objetos más interesantes de las excavaciones y por eso su vida transcurre entre Egipto y Londres mientras ella, Theo, permanece todo el tiempo en el museo sin ir a la escuela porque no encaja allí y sus padres están demasiado ocupados para darse cuenta de que es una niña. Eso sí, Theo es capaz de cuidar de ella misma.

Todo se complica cuando la madre de Theodosia, que es arqueólga, regresa a Londres con el Corazón de Egipto, un amuleto en forma de corazón que recibían todos los faraones cuando los coronaban para protegerles ya que “la salud y el bienestar del soberano y del país eran una misma cosa”. Este amuleto pertenece al faraón Amenembab y tiene la forma de un escarabajo con alas de oro y tallado en una piedra preciosa con muchísimas joyas incrustadas. Cuando el amuleto desaparece Theo es la única capaz de encontrar el culpable, pero la niña no puede actuar con libertad porque Fagenbush, uno de los trabajadores del museo, la vigila. Theodosia desconfía de él porque lo ha visto corretear por el Museo de noche camuflado bajo una capa negra, aunque el olor a coliflor que despide es inconfundible.

Cuando llegan las vacaciones escolares el hermano de Theo regresa a casa y juntos conocen a un joven ratero llamado Will Dedoslargos que los ayudará en sus correrías tras los ladrones del amuleto. Los chicos entrarán en contacto con una sociedad secreta al frente de la cual está lord Wigmere que le encomendará a Theo la peligrosa misión de viajar hasta Egipto para devolver el amuleto. La madre de Theo es la responsable porque fue ella la que lo trajo a Londres y la maldición se extiende en forma de una virulenta gripe que ha hecho enfermar a muchos londinenses. A pesar de todo, Theo saldrá victoriosa y logrará esquivar a un grupo de peligrosos nazis al mismo tiempo que refuerza los vínculos con su hermano al que solamente ve en las vacaciones escolares. Todo sin que los adultos sepan jamás de la implicación de los niños y menos aún que no es la primera vez que su hija Theodosia les saca las castañas del fuego.

Este libro hará las delicias de todo aquel lector al que le guste la acción, la aventura y los sucesos que de forma bastante realista -y también bien documentados- se dan cita en una época caracterizada por la moral victoriana y cuya protagonista poco tiene que envidiar a personajes como Sherlock Holmes, Indiana Jones y otros aventureros que protagonizan libros y la gran pantalla con un toque de humor con los que es fácil empatizar.

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