Entrevista con Sergio Sánchez-Quiu, autor de ‘Destino’

EVA FRAILE. BLOG (LA REINA LECTORA).

Sergio Sánchez–Quiu comenzó a escribir por impulso, de manera que terminó un manuscrito de más de mil páginas. Ahora, este manuscrito se ha convertido en la Trilogía del destino, una serie de tres libros independientes entre sí (aunque con muchos guiños mutuos) de género histórico contemporáneo que ya han sorprendido a más de 600 lectores desde su publicación.

  • Sergio, vamos a comenzar hablando de cada una de las novelas de tu trilogía, pero antes, ¿por qué tres libros y en qué se relacionan entre sí? ¿Cuál es su punto de unión?

Desde el principio concebí toda la historia en un único volumen o ejemplar. La llamé El deseo del destino. El problema que tuve fue que, como la mayoría de noveles que intentan escribir su primera obra sin ayuda, no me preocupé en planificar, me dejé ir y fue la historia la que evolucionó sola. No me arrepiento la verdad, quizás no hubiese salido tan especial y redonda, pero lo cierto es que acabó siendo muy extensa. Una vez acabada, me di cuenta de que necesitaba ayuda profesional, alguien que me diese una opinión experta de si valía la pena o no. Esa voz experta, a la que le debo mucho del escritor que soy hoy en día, me recomendó reescribir la primera parte —la estructura de la novela original ya contemplaba tres partes— motivando mejor las acciones de los personajes principales y dándole un final al conflicto principal más redondo. Y eso hice. Con las tres partes.

  • ¿Cómo comenzó todo esto de escribir y, posteriormente, publicar? ¿Te has formado en ello? ¿Ha surgido solo?

Siempre me ha gustado crear en su sentido más amplio: montar y desmontar, dibujar, escribir… pero esto último era lo más especial. En el colegio me di cuenta de que parecía dárseme bien, porque siempre me hacían leer mis redacciones porque a mis compañeros les hacían mucha gracia. Eran escritos que tenían siempre un toque de humor, y muy inocentes. Después, en la adolescencia intenté escribir alguna cosa, muy simple también, pero la verdad es que me empezaron interesar otras facetas de la vida más atractivas para esa edad. Más tarde, ya con un trabajo estable, en una reunión de exalumnos del colegio, la profesora que más me influenció, me enseño algunos escritos de cuando era pequeño y me animó a intentarlo. Siempre me animó a que explorase mi creatividad. Y así se dio inicio a esta historia.

Cuando la di por finalizada me di cuenta de que necesitaba ayuda profesional que me guiase y di con la persona ideal en L’Escola d’Escriptura de l’Ateneu Barcelonès. El azar siempre ha jugado un papel muy importante en esta historia. Con esta persona disfruté de nueve tutorías personalizadas que me aclararon muchos conceptos narrativos y, al año siguiente realicé un curso, llamado Novela II, que acabó de aportarme las herramientas literarias que, hoy día considero, tendría que conocer todo escritor.

  • El futuro en sus ojos es la primera novela que publicaste. En ella, nos encontramos una novela de ficción histórica familiar en la que asistimos a una desaparición dentro de un núcleo lujoso, la casa en donde trabajaba la desaparecida. A su vez, asistimos también a la historia de una joven granadina que busca auxilio en Barcelona y a la de un estudiante que lucha por la reinstauración de la democracia. ¿No parecen a priori muchas historias para solo un libro?

Sí, es posible. Alguien que entiende mucho de técnicas narrativas me comentó que tenía siete novelas en una y que, lo increíble, es que hubiese conseguido encajar tan bien tantas tramas.

Bueno, el hecho de concebir la estructura de la novela con saltos en el tiempo, intercalando épocas un capítulo tras otro, implicaba tener, como mínimo, dos historias en liza que en algún momento tenían que confluir. Si, además, para llegar a ese punto de unión necesitas diversos personajes que acarrean con sus conflictos y motivaciones respectivas, parece claro que la cosa se va a enrevesar.

En El futuro en sus ojos hay un conflicto principal muy claro y que comentas en el enunciado: la desaparición. Es el desencadenante de todo, a partir de donde los personajes de la historia de 1926 empiezan a tomar decisiones. La evolución de la parte de 1976 tiene otro ritmo totalmente diferente, pero necesario para posicionar a cada uno de los personajes. Mientras que la historia de 1926 abarca más de 30 años, la de 1976 tan solo abarca 6 meses.

Sí, son muchas historias para un libro, pero cuando los lectores —incluso profesionales de las reseñas— te explican que cuando llegan a la escena que explica el nexo de unión entre una y otra historia, no se lo esperaban para nada, te convences de que no erraste.   

  • Tengo la impresión de que hay cierto choque de clases en la historia de Núria y Margarida, por el enclave de una casa lujosa y la diferencia entre señora y sirvienta. ¿Estoy en lo cierto? Y, al hilo de esto, ¿encontramos algún tipo de crítica social en tus libros?

No se trataría de una crítica social directa. Tendemos a interpretar lo sucedido en otra época con nuestra visión contemporánea y moderna. Creo que hay que ser capaz de ponerse en la piel, de empatizar, no solo personalmente, sino también temporalmente cuando analizamos hechos acaecidos en otra época a la nuestra. Lo que yo hago es exponer lo que sucedía en la época. Después el lector tiene que ser capaz de sacar sus conclusiones. Evidentemente, existía un choque de clases, porque existían diferentes privilegios dependiendo del estrato social al que pertenecías, incluso dependiendo de tu género, claro está, esto pasa incluso hoy en día. Pero la cuestión es llegar a entender por qué existía esa diferencia, esa polarización, porque así también se entienden las terribles consecuencias que provocó. La exposición de cuál era la situación social entonces creo que está bien incluida en la trama, con la naturalidad de cómo se veía entonces y para conseguir que se entienda y sea verosímil, la forma de actuar de todos y cada uno de los personajes.

  • De tus tres novelas, ¿qué época te ha gustado más reflejar?

Quizás la que menos dominaba, por ser la más lejana y menos convulsa socialmente, era la de los años 20. Al adentrarme en esa época me asombró descubrir cuán avanzada estaba ya la sociedad entonces y los pasos agigantados que se dieron atrás con la guerra y la posterior dictadura. La manera de pensar de la época, las ganas de avanzar, modernizarse… ¡Me sorprendió descubrir que ya existían los secadores de pelo o las aspiradoras! Evidentemente estaban al alcance de una minoría, pero existían. No tenemos que olvidar que la Constitución de 1931 fue una de las más avanzadas de la época y hoy en día lo seguiría siendo por delante de bastantes de las que tienen actualmente muchos países occidentales. El voto universal femenino, la estructura territorial, la enseñanza pública y laica… Todo eso se fue al traste con la guerra y la dictadura, y le costó a este país un retraso de 40 años con respecto al resto de países europeos.

  • Siguiendo con Cuadernos del pasado, ¿cómo ha sido recrear la Barcelona de 1936?

La Barcelona de 1936 era una Barcelona muy moderna y liberal. Por suerte, esa época está muy bien documentada en todos los aspectos y me fue relativamente sencillo encontrar por donde mover a mis personajes de forma históricamente fiel. La verdad es que fue apasionante decidir dónde los situaba dependiendo de en qué zonas de la ciudad había enfrentamientos y en qué momento vital se encontraban. Como anécdota, imprimí un excelente mapa disponible en la web del Institut Cartogràfic de Catalunya de forma gratuita, pero troceado en una veintena de zonas que, una vez impresas tuve que recomponer. Me quedó un mapa muy exacto por donde mover a mis personajes, pero que me ocupaba medio comedor.

  • El protagonista es un niño que pierde la inocencia a golpe de realidad, ¿algún mensaje sobre esto como padre que eres?

Muchas veces olvidamos lo afortunados que hemos sido de nacer en el lugar y en la época que nos ha tocado. Escuchando a mi abuela, cuyas explicaciones son muy importantes para desarrollar la época del pasado de uno de los personajes en El presente de todo, y documentándote sobre esa época, te das cuenta de que hoy en día millones de criaturas están viviendo una situación similar en todo el mundo. El día a día, la rutina, provoca que lo olvidemos.

Cuadernos del pasado es también la historia de la relación entre un hijo y su padre. Como evoluciona marchas forzadas provocado por el entorno hostil en el que se encuentra. Intento transmitir la lucha interna de un padre que sabe que la aceleración de la madurez que provoca en su hijo para que pueda sobrevivir, provocará también que nunca vuelva a ser el mismo o no se convierta en quién pudiese haber sido.

Mi mensaje es que, ya que somos unos privilegiados —aunque nos olvidemos muy a menudo— colmemos de amor a nuestros hijos, los eduquemos en la bondad, la solidaridad y el respeto a los demás y, que estemos a su lado, pero tampoco sin sobreprotegerlos. Ese difícil equilibrio, porque si crecen demasiado consentidos, sin haber experimentado la frustración, cuando esta aparezca en edad adolescente y adulta, la transformarán en sometimiento hacia los demás.   

  • Por último, llega para cerrar la saga El presente de todo, y mi gran duda es: ¿Quiénes de los libros anteriores convergen en esta historia? ¿Y qué nuevos horizontes se abren?

Con El presente de todo se resuelven todas las tramas y subtramas, así como los misterios y dudas que pudiesen tener todavía los lectores. Regresa la estructura de El futuro en sus ojos, la de intercalar capítulos entre pasado y presente, pero de una forma más dinámica. Digamos que la última novela es la bajada de la montaña, todo se acelera hasta quedar bien atado. Especialmente orgulloso me siento del epílogo, reescrito totalmente de nuevo. Con él se cierra definitivamente la historia.

  • Cuéntame cuáles son tus futuros proyectos. ¿Te atreverás con editorial tradicional para tu próxima novela?

Tengo algunas ideas a las que les voy dando vueltas. En concreto hay dos que tienen más posibilidades, pero no creo estar preparado todavía para empezar la escritura. La idea es intentarlo con algo más sencillo, al estilo de lo que más interesa hoy día, un thriller con toques de novela negra o romántico—erótica. Lo cierto es que no lo tengo muy claro, como puedes ver.

En cuanto a intentarlo con la edición tradicional dependerá de muchos factores. Lo que tengo claro es que buscaría ayuda profesional.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *