May Day Club, de Hafsteinn Gunnar Sigurðsson

JOSÉ LUIS MUÑOZ

El miedo a volar, y cómo superarlo, está en la médula de esta descacharrante comedia con personajes tan estrambóticos como un veterano de las fuerzas especiales que ve complots por todas partes, una promotora inmobiliaria, una influencer y un creador digital. Como prueba de fin de curso, para comprobar que han perdido el miedo a volar, son citados en un aeropuerto londinense y vuelan a Islandia en donde tendrán que sobrevivir a diversas peripecias en ese paisaje gélido.

El director islandés Hafsteinn Gunnar Sigurðsson (Reikiavik, 1978), el de la comedia sangrienta Buenos vecinos, sabe manejar los recursos cómicos a lo largo de su disparatada película cuyo único objetivo es que el espectador ría y se lo pase bien en los noventa minutos de proyección, y lo consigue gracias a unos actores que funcionan a las mil maravillas como el británico Timothy Spall, que protagoniza los gags más divertidos, o las actrices Lydia Leonard y Elia Rumpf.

Tiene la película tres partes bien delimitadas. La primera, las sesiones de terapia de grupo en donde los asistentes expresan el terror paralizante que les produce tomar un avión; el segundo, es el sorpresivo y accidentado viaje de Londres a Islandia; y el tercero, las aventuras del grupo en el gélido e inhóspito escenario de Islandia. Y en cada una de las partes este film coral cumple con su objetivo de sano entretenimiento.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *