Códigos internos del cómic underground

Portada del número 2 de la serie Old Star (Unbrained Comics)

El underground es un sector del mundo del cómic que no siempre es bien percibido. Además, su carácter rompedor, subversivo y crudo lo convierte en minoritario. De hecho, en ocasiones tiene dificultades para ser comprendidos por una buena parte de la ciudadanía. Por esta razón creemos que podría resultar de utilidad dar algunas pautas interpretativas del underground.

En este sentido, en esta pequeña entrada, nos gustaría analizar cuáles son las razones, o alguna de las posibles razones, que podrían explicar esta incomprensión. Fundamentalmente debemos tener en cuenta que las personas entendemos el lenguaje gracias al establecimiento de los códigos lingüísticos. Ahora bien, evidentemente los códigos que nos ayudan a comprender algo, no son solamente lingüísticos (en el sentido lengua escrita), sino también visuales y sociales.

El underground tiene un carácter tan personal, tan específico de la aquella persona que crea ese cómic, que incluye elementos muy concretos, así como modismos, giros propios del momento de creación del cómic o del contexto social en el que viven los creadores. Así mismo, también son de importancia los intereses individuales o de pequeños grupos sociales, al igual que la ideología. Posiblemente muchos lectores estarán pensando que estos elementos también están en los cómics comerciales. Ahora bien, existe una diferencia sustancial al respecto. Los cómics más comerciales, al pretender llegar a un público más amplio, suelen optar por elementos narrativos, visuales y discursivos relativamente comunes y fácilmente interpretables, evitando aspectos muy detallados, rupturistas y concretos que puedan ser difícil de comprender bien por el público en general.

Para hacernos una idea del impacto de este subsector comiquero os quiero comentar algunos datos de un estudio (todavía no publicamos) que hemos hecho. Al preguntar a las personas que consumen cómics y obtener una muestra de 112 personas, poco más del 11% afirman consumir cómic underground estadounidense, mientras que no llega al 4% las personas que afirmar consumir cómic underground nacional.

La dificultad de comprensión completa de los códigos visuales y escritos sobre la que estamos hablando puede tener relación con su narrativa feísta y escatológica. Recordemos que la cultura comiquera underground tiene mucho de decadente y progresista, al advertir constantemente sobre lo que puede suceder en el futuro. Al fin y al cabo, indica S. Elizabeth en El arte de la oscuridad, la búsqueda de lo oscuro, lo decadente, está relacionada con cierto malestar emocional. En la muestra de dicho malestar será, entonces, donde encontramos la advertencia y la posibilidad de cambio.

Estos aspectos narrativos no son bien comprendidos. La sociedad en la que nos encontramos tiene un marcado gusto por lo “bonito” e incluso lo “ñoño”. Esto lo hemos indicado constantemente en esta revista. De ahí que el cómic underground no termine de encajar en la perspectiva cultural en la que nos movemos. Al fin y al cabo, nos pone una especie de “espejo” que muestra lo mórbido y lo macabro que topamos en nuestro interior. Todo ello narrado en un estilo especial y dirigido a colectivos sociales concretos.

Con todo esto no estamos valorando la calidad del cómic underground, ni pretendemos hacer una crítica negativa o positiva. Nuestra única intención es la de establecer un análisis tentativo de algunos elementos que rodean a estas creaciones artísticas, las cuales, por otro lado (y ahora sí desde una perspectiva valorativa), nos parecen sumamente sugerentes.

 

Por Juan R. Coca

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