Ene 16, 2012 | Más cultura
Por Alfredo Llopico Nada es tan triste como el recuerdo del dolor vivido en el pasado. Aunque no lo parezca siempre nos acompaña y acaba por formar parte de lo que somos, porque nunca logramos dejarlo atrás. Es lo que ocurre en «El hijo del legionario»...