Jun 28, 2016 | Crónicas ligeras, El Teatroscopio, Escena, top2
Por Horacio Otheguy Riveira La metáfora está servida desde el momento en que los actores se adhieren a paredes y suelo como lagartos, y una libélula sonríe y ejerce de amigo, de guía. Un espectáculo en el que los intérpretes asumen una belleza poco común: la de...