‘Cuento de navidad’, de José Luis Munuera

EDUARDO SUÁREZ FERNÁNDEZ-MIRANDA.

“Sé perfectamente lo que piensan todos de mi… Los oigo cuando murmuran mi nombre… con odio, con rencor, con la envidia que provoca el dinero. Me desprecian, pero todos vienen a mí cuando necesitan un préstamo. Y entonces ocultan su desprecio entre lágrimas con el relato de sus desgracias. Como la nieve oculta de blanco el barro, los excrementos y los desechos sobre los que caminan a diario. Como la farsa colectiva de amabilidad e indulgencia que llaman…”.

Estamos en Londres, es el día 24 de diciembre de 1843. Las calles aparecen nevadas, y un grupo de hombres y mujeres cantan villancicos frente a un establecimiento. Mendigos recorren las calles en busca de una limosna.

La editorial Astiberri ha publicado el cómic Cuento de Navidad. Una historia de fantasmas, el último trabajo del ilustrador e historietista José Luis Munuera. Desde mediados de los años noventa, cuando empezó a publicar sus cómics, ha desarrollado una carrera profesional que le ha llevado a crear más de cuarenta títulos, publicados en sus diversas series, para el mercado francófono. El año pasado realizó la adaptación de otro gran clásico de la literatura universal: Bartleby, el escribiente (Astiberri, 2021).

A Christmas Carol fue publicado por Chapman & Hall el 19 de diciembre de 1843, y Charles Dickens fue capaz de crear, con este cuento,  uno de los relatos más extraordinarios de la literatura universal. Es la historia de un personaje misántropo y gruñón al que su difunto socio, desde el más allá, le ofrece una segunda oportunidad para redimirse de una vida de soledad. En ese momento el Cuento de Navidad se convierte en Una historia de fantasmas.

José Luis Munuera ha realizado en Cuento de Navidad un trabajo riguroso, tanto en el dibujo, que plasma perfectamente la época en la que Dickens ambientó su relato, como en la adaptación del texto del escritor británico. Como señala Dominique Barbéris en el prólogo: “La relectura que aquí se hace del clásico es deliciosa y está notablemente ilustrada: un blanco y negro tocado por el halo amarillo de las farolas y las apariciones espectrales; encuadres y planos virtuosos de las calles oscuras, las diligencias, los muelles del Támesis, los tejados y las chimeneas sobre los que cae la nieve”. Cada viñeta, cada diálogo, nos acerca a ese Londres de mediados del siglo XIX en el que regresamos a la lúgubre Nochebuena del protagonista, y asistimos a su resurrección el día de Navidad.

Porque la Navidad tiene algo especial, “un halo de caridad sobrenatural capaz de volver a los hombres buenos y ricos. Suaviza la aspereza de su corazón y les hace más sensible a la desgracia y  la injusticia ajenas”. Charles Dickens fue capaz de crear con Cuento de Navidad “un grito de confianza y alegría medieval, salido del corazón, y proyectado en el seno de la sociedad victoriana”.

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