‘Apariciones’, de Margo Glantz

EDUARDO SUÁREZ FERNÁNDEZ- MIRANDA.

Margo Glantz (Ciudad de México, 1930) llegó tarde a la escritura; no empezó a publicar hasta los 47 años. Sin embargo, ha sido capaz de crear un corpus narrativo de gran originalidad y calidad literaria.   Ha publicado ensayos sobre literatura comparada y mexicana, novelas y cuentos, además de ser una apasionada estudiosa de la obra de Sor Juana Inés de la Cruz. Colabora de forma habitual en revistas y periódicos.

De su obra narrativa destacan los libros Las genealogías, De la amorosa inclinación a enredarse en cabellos, El Rastro, o la que acaba de publicar la editorial Firmamento, Apariciones. En esta novela, Margo Glantz narra, de manera fragmentaria, tres historias que se van entrelazando y superponiendo. Por un lado, la escritora mexicana nos traslada al siglo XVII donde somos testigos de la intimidad dos monjas de clausura, Lugarda de la Encarnación y Teresa Juana de Cristo, con su Divino Esposo. Hay placer y sufrimiento, sensualidad y deseo a través de los rezos, las caricias y las flagelaciones.

Por otro lado, describe el vínculo que se establece entre una mujer y su amante, y todo ello bajo la observación de su hija: “Algo te altera, abres los ojos, miras hacia la cama y la ves sentada, con su pijama rojo, mirándote con los ojos asombrados. (…) La mirada de la niña te electriza”.

Apariciones se completa con el relato de la mujer que escribe las historias anteriores, y de su propia experiencia amorosa, cerrando de este modo el círculo mágico.

En esta peculiar novela, Margo Glantz pone de manifiesto la visión que tiene del cuerpo femenino, y de su uso. Como señala la propia autora, “hasta no hace mucho, abrir las piernas era tan vergonzoso que las mujeres no podían tocar el chelo. Se consideraba obsceno”. Este argumento ya había sido tratado en  Historia de una mujer que caminó por la vida con zapatos de diseñador, donde el cuerpo de Nora García, la protagonista de la novela, es “azotado, pinchado, castrado, la narradora ha experimentado desde su cuerpo el mundo entero; el de Nora es un cupero que puede torcerse, destriparse, endulzarse, sorberse, un cuerpo móvil, inestable, femenino”.

Traductora de Historia del ojo, la novela erótica de George Bataille, ha querido mostrar su propia visión del erotismo: “Se ha contado siempre desde una mirada masculina. Novelas importantísimas, como Madame Bovary, explican la mujer desde el punto de vista masculino. Me parecía importante desmontar esa mirada. Sentía que el pensamiento se estaba momificando con esa manera de ver”. En este sentido, el escritor paraguayo Augusto Roa Bastos, señala que “con este libro, Margo Glantz, ha renovado el género. Ante el desborde y la trivialización del tema erótico, del hedonismo anquilosado de tedio, de aburrimiento, (…) ha recuperado la desnudez prístina del cuerpo y la energía de sus pulsiones más secretas”.

Mago Glantz se sirve de un lenguaje poético para crear una obra donde se “dibujan escenas, sueños y visiones como la búsqueda de lo que significa escribir”.

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