‘Los secretos de la biblioteca de la Quinta Avenida’, un homenaje a los libros en el Nueva York de los años veinte

PILAR M. MANZANARES.
1913. En la Biblioteca Pública de Nueva York, situada en la célebre Quinta Avenida, vive Laura Lyons, esposa del superintendente de la entidad, junto con sus dos hijos. Está exultante porque acaba de ser admitida en la facultad de periodismo de Columbia y es una de las primeras mujeres en lograrlo. Sin embargo, un buen día su vida perfecta empieza a desmoronarse: la desaparición de unos ejemplares únicos convertirá a Laura y a su familia en los principales sospechosos de los robos.
Nueva York, 1993. Sadie Donovan trabaja en la Biblioteca Pública, donde prepara una exposición sobre su abuela, la ensayista y pionera del feminismo Laura Lyons. Sadie ha ocultado su parentesco, pero cuando la biblioteca se enfrente a una oleada de robos de piezas únicas, sus pesquisas la llevarán a bucear en su pasado familiar y sacarán a la luz la verdad acerca del mayor misterio de la historia de la biblioteca.

La década de los años veinte fue un periodo de grandes cambios para las mujeres. Los secretos de la biblioteca de la Quinta Avenida nos descubre el Club Heterodoxy, un grupo real de mujeres que se creó en Greenwich Village en 1912, donde se las alentaba a hablar abiertamente, y que atrajo a iconos como Inez Haynes Irwin, Agnes de Mille, Elizabeth Gurley Flynn y Charlotte Perkins Gilman.

Uno de los personajes de esta novela se basa en la Dra. Sara Josephine Baker, pionera en el campo de la medicina preventiva, y gracias a quien disminuyó de manera drástica la mortalidad infantil en los barrios marginales de Nueva York durante los inicios de 1900.

La autora descubrió que cuando la biblioteca se estaba construyendo, los arquitectos incluyeron un apartamento de siete habitaciones en lo más profundo de la construcción, donde el superintendente y su familia residieron durante treinta años. Fue allí donde él y su mujer criaron a tres niños, el escenario perfecto para Los secretos de la biblioteca de la Quina Avenida. La autora decidió crear una familia ficticia, los Lyons, para explicar la historia del edificio desde la perspectiva de una mujer en 1913 y de su nieta, 80 años después.

El robo que sucede en la novela también está inspirado en un hurto real: ocurrió en 1994 en la Biblioteca Butler de la Universidad de Columbia, donde un ladrón robó 1.8 millones de dólares en libros únicos, manuscritos y cartas a lo largo de tres meses. Como parte de su investigación, la autora pudo entrevistar a Jean Ashton, la bibliotecaria de la Universidad en ese momento. El testimonio de Ashton en el juicio tuvo un impacto decisivo en la forma en que el tribunal castigó a los ladrones de libros a partir de ese momento, ejemplo de la influencia esencial que supone las opiniones en voz alta de una mujer.

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