“Las Aves”: sátira implacable a lomos de una corrupta Democracia

Horacio Otheguy Riveira.

Allá y entonces, por el 414 antes de Cristo, el satírico Aristófanes estrenó con ovaciones y gran premio oficial, una de sus obras más sutiles, con canciones y sátira medida, que no era lo habitual. No obstante, llegó a sembrar parodia del mundo político y naciente democracia, aunque su pieza iba por otros derroteros más patrióticos y mucho menos burlones. Sin embargo, el dramaturgo palmesano Joan Yago se ocupa de Las Aves poniendo muchos recursos satíricos aprovechando lo mucho que da la situación actual española (y en gran parte mundial), así que hace, deshace y vuelve a rehacer el original con filtros muy bien articulados, muy bien servido el conjunto por una estupenda dirección de Israel Solà.

El resultado es un desaforado Aristófanes feliz de haber descubierto este paraíso democrático en el que un factor autoritario reaccionario lucha por abrirse camino ante una coalición progresista nunca vista, y ante ello compra a diestra y siniestra, a troche y moche, de día y de noche todo lo comprable y algo más con tal de manipular la información de cada día y avanzar en su éxito masivo para que se vote la más completa autodestrucción democrática. ¡Cuidado! Toda oposición es pro-etarra, toda crítica máximo veneno populista, advertencia del arribo feroz de los comunistas que la revolución del 17 fue nada comparada con lo que hay en casa, y por otra parte la pederastia en la Iglesia es “solo un error humano que la izquierda infla para que dejemos de ser católicos”…

La situación es dramática pero el fervor satírico no resta profundidad, sino que —con la enseñanza del genio griego que irrumpió en la arena de los grandes trágicos poniéndolos a caldo— supera los límites de la comicidad y se permite episodios ligeros que conviven con otros muy serios, como el del monólogo del cura ansioso por “jugar con los pequeños colibríes”, o —por citar solo dos cimas— la reunión familiar ante la mesa de una comida costumbrista, crítica, amarga y desopilante con aves muy humanas dentro de un fabuloso despliegue de parábolas, metáforas y brotes saineteros que hacen posible que todo animal alado se nos cruce vertical y sabio para representar lo más granado, escatológico y bestial de la humana conducta. Sobre todo cuando se columpia en los aledaños del poder.

Espléndido cuarteto de intérpretes muy bien integrados en el constante juego coral. Todos a una en la causa común de hacer del absurdo aparente un ejercicio de teatro costumbrista, visto lo visto día a día de los sucesos políticos.

Dramaturgia: Joan Yago
Dirección: Israel Solà
Reparto: Xavi Francés, Aitor Galisteo-Rocher, Esther López y Marc Rius
Escenografía, vestuario e iluminación: Albert Pascual
Adaptación de iluminación: Paula Miranda
Espacio Sonoro: Guillem Rodríguez con la colaboración de Arnau Vallvé
Caracterización: Anna Rosillo
Jefe Técnico: Jordi Llunell
Voces de la asamblea: Queralt Casasayas, Óscar Jarque, Arnau Puig, Clara de Ramon, Vanessa Segura, Júlia Truyol
Fotografía: Anna Fàbrega
Producción ejecutiva: Júlia Truyol y Roser Soler

Construcción de escenografía: La Calòrica y La Forja del Vallès
Alumna en prácticas de escenografía: Alejandra Lorenzo Iglesias
Luz Led: L&D Lights
Distribución: Fran Ávila
Producción: La Calòrica con la colaboración de Festival Temporada Alta y el apoyo de Sala Beckett y Departament de Cultura de la Generalitat de Catalunya
Agradecimientos: Pau Aulí, Chelo García, Montserrat Nogué, Josep Orfila, Clara de Ramon, Teo Solà, Teatre Kaddish, La Brutal, Anna Sánchez y RB Creacions 1990

TEATRO PAVÓN. HASTA EL 14 DE MAYO 2023

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Martingala

Yo soy tomato

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