“Todas las hijas”: cinco mujeres confiesan sus miedos y se unen para combatirlos

Horacio Otheguy Riveira.

Actrices que ensayan La casa de Bernarda Alba, de la cual apenas nos dan chispazos orientativos porque lo que importa es constatar su herencia personal de aquellas muchachas encerradas a cal y canto bajo órdenes patriarcales, comandadas por una madre viuda implacable, ella misma temerosa del qué dirán, del ejemplo que la virginidad de sus hijas han de dar al pueblo entero. Un pueblo que se mete en las vidas y hasta en la propia sangre de sus habitantes, porque está demasiado vivo, y en él hay madres terribles, víctimas a su vez, del humano animal predilecto de la sociedad judeocristiana: el hombre diversificado que huye de su naturaleza más cálida y tierna, vencido por una violencia que viaja a través de siglos. Por eso esta obra empieza como empieza:

«Una mujer camina sola de noche.

 Entra en el patio de butacas. Al fondo, un escenario con una caja blanca iluminada con delicadeza desde el interior.

 Los pasos de la mujer retumban por el patio de butacas.

 Camina fingiendo seguridad. Mira a su alrededor, al público, a su espalda. Acerca el bolso a su pecho, busca en su interior algo que no encuentra.

 La mujer sigue caminando. De repente, se frena.

 El ruido de los pasos no.

 La mujer mira hacia atrás. No ve nada, pero los pasos siguen avanzando.

 Vuelve a caminar. Al principio, despacio. Inquieta, atenta a cualquier movimiento. Pero los pasos empiezan a acelerar, así que ella también lo hace.

 Los pasos empiezan a multiplicarse. Ya no son dos pares, son cinco, son diez, son cien, mil, un millón.

 Sube al escenario y llega casi hasta la caja.

 Se frena.

 Los pasos ya casi están corriendo hacia su dirección.

 La mujer lanza un grito ahogado y…»

 

 

Todas las hijas es una obra de terror. Una madre posesiva arrastra a su hija a la locura. El miedo a cerrar los ojos y soñar. El recuerdo infantil de un abuso. La pesadilla de una relación marcada por la violencia. No dormir, no comer, convertirse en un fantasma, en un vampiro. Todas las hijas es el relato de cinco mujeres valientes sobre su propia vida. Juntas logran un magistral exorcismo para ahuyentar terrores antiguos y presentes, y para ello también se desprenden del cobijo del grupo y confiesan de cara al público. En monólogos de gran dinamismo, de notable síntesis, nos cuentan episodios que las marcaron. Dirigidas con el espíritu de equipo habitual de Andrés Lima, hecho de acciones físicas y brumas interiores, se logra la fluidez de una narración que conquista pensamiento y emoción: nunca se desbocan en tragedias, amenizan de pronto con coplas o comedias cotidianas para comerse un roscón o una buena tarta cargada de nata.

A través de sus historias reviven con fuerza, porque toda confesión libera, no con la bendición de algún cura maravilloso que deviene de pronto en pederasta compulsivo, sino con el estudiado criterio de María Zambrano cuando aseguraba que “con cada confesión de las zonas más oscuras, liberamos la sobrecarga de angustias que no nos pertenecen, que no deben pertenecernos…”

Un espectáculo portentoso con actrices que nos llevan de la mano al cuarto oscuro donde se confiesan los hechos más dolorosos. Y, entre fogonazos humorísticos que ayudan a cicatrizar, todo se ilumina, a la contra del mandato de la Bernarda:

«OCTUBRE: Pues yo en tercero de EGB hacía de Doña Rogelia. Me tiré de gira por todas las clases. Dos cursos. Lo clavaba. (Se transforma en Doña Rogelia) “Mandeee¡¡¡Buenas noches hermosas, vengo de Villa orejilla del sordete. Leñe, que majas sois en esta escuela. El peor el Don Inocencio, el profesor de cuarto, que he visto yo que se le va un poco la mano …”

LEONA recoge el libreto y lee la última frase de la obra de Lorca, sin que las demás le presten demasiada atención.

 LEONA.- Y no quiero llantos. ¿Me habéis oído? ¡Silencio, silencio he dicho! ¡Silencio!

 Pero el silencio no aparece. Las mujeres siguen hablando, relatándose pequeñas anécdotas. LEONA se une a ellas.

 PIPI.- ¿Y tú eres multiorgásmica?…»

 

Las amarguras flotan en un ambiente donde se tiene miedo. Pasos en la noche que se acercan. Movimientos de hombres a los que pronto se les pasa la ternura hacia el cuerpo deseado, para convertirse en bestias que destruyen lo que aman.

 

Una de ellas ha quedado agotada, tras su dura confesión de sucesión de abusos familiares… Pero pronto se recompone para volver a empezar con ayuda de sus amigas.

 

Los paneles permiten variedad de colores y formas. Espacio escénico y vestuario de Beatriz San Juan: creadora habitual de Andrés Lima, gran artífice de evocaciones emocionales…

 

… Es como tu historia del hombre invisible. La madre, cuando eres niña, es invisible. Porque la madre es todo. El universo entero, es la madre. La madre decide cuando eres niña lo que es bueno y lo que es malo. Y tú vives el resto de tu vida huyendo de lo que ella decía y a la vez persiguiéndolo…

 

Texto David Caiña

Dramaturgia David Caiña y Andrés Lima a partir de una idea original de Gemma Martínez

Elenco Maribel Salas / Goizalde Núñez, Gemma Martínez, Pilar Matas, Sol Maguna, Vito Rogado

Dirección Andrés Lima
Ayudante de dirección Laura Ortega
Diseño escenográfico y vestuario Beatriz San Juan
Diseño de iluminación David Alkorta
Espacio sonoro Nerea Alberdi
Producción ejecutiva Gorka Mínguez y Gemma Martínez
Prensa y redes sociales María Díaz
Teaser y documental Gorka Etxeandia
Distribución GG Distribución
Producción: Erre Produkzioak y Diputación de Bizkaia en colaboración con el Teatro Arriaga

TEATRO FERNÁN GÓMEZ. HASTA EL 31 DE MARZO 2024

La puerta al proceso creativo de la obra Todas las hijas se abre con varias actividades participativas, como son una masterclass con el director Andrés Lima, interpretando la Cualidad y dos talleres didácticos y sesiones formativas.  La fotógrafa Laura Ortega,  ayudante de dirección de la obra, nos adentra en los límites entre lo escénico y lo fotográfico y su relación con esta obra de teatro.  El dramaturgo David Caiña, realiza un recorrido por sus estrategias personales de creación de ideas, desarrollo de tramas, creación de personajes, escritura de diálogos.  Inscríbete.

Somos hijas de Bernarda Alba, somos nietas de Bernarda Alba, nacidas y criadas en el miedo

* Encuentro con el público (al término de la función). Duración aproximada de 30 a 40 minutos.   Asistencia del elenco completo.
Jueves 14 de marzo.

* Mesa Redonda – Visiones escénicas de las mujeres de Lorca y La Casa de Bernarda Alba.
12 de marzo 17:30 horas.
Con Ane GabarainGemma MartínezAlfredo Sanzol y Andrés Lima.
Entrada libre hasta completar aforo (En caso de aforo completo tendrán prioridad las personas con entrada de la obra adquirida y los Amigos del Teatro).

* Talleres formativos:

  • Masterclass Interpretar con la Cualidad – 8 de marzo de 2024 (11 a 15 horas). Con Andrés Lima.Este taller impartido por su director mes un viaje de autodescubrimiento, porque no se trabaja buscando un resultado, sino un camino hacia una propuesta única e irrepetible: La tuya… Más INFO AQUÍ
    TALLER COMPLETO – PLAZAS EN LISTA DE ESPERA DISPONIBLES
  • Taller sobre la madre. Del álbum de fotos a la escena – 11 y 18 de marzo (16 a 19 horas).
    Impartido por Laura Ortega. La puerta al proceso creativo de la obra Todas las hijas se abre con varios talleres y sesiones didácticas. Este taller impartido por la fotógrafa Laura Ortega,  la ayudante de dirección de la obra, nos adentra en los límites entre lo escénico y lo fotográfico y su relación con esta obra de teatro. Más INFO AQUÍ
  • Taller de guion. Escribiendo cicatrices – 21 y 22 de marzo. NOTA: horario de tarde y de mañana.
    Impartido por David Caiña.  Guionista y dramaturgo. su autor, realiza un recorrido por sus estrategias personales de creación de ideas, desarrollo de tramas, creación de personajes, escritura de diálogos.  Más INFO AQUÍ.

 

 

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