El Club Caníbal reaparece con fuerza y nos da nuevas armas “Para sobrevivir en lo oscuro”

Horacio Otheguy Riveira.

Tras ver el último espectáculo del Club Caníbal, no me cabe duda del peligro cegador de “lo oscuro”, sobre todo cuando se ocupa de una España de la que se han adueñado adalides de corrupción y cinismo, entre fisuras de una muy manipulada joven democracia.

A través de bulos, deformaciones y las más variadas corrupciones, esa visión espeluznante del país y sus necesidades puede deslumbrar, y en el deslumbre impactante, generar una oscuridad que clama al cielo… en este caso un cielo en el que, además, un cura pederasta, invita a descubrir el rostro angelical de la Virgen María, “Santísima Señora”, que nos pedirá un parque acuático en el secano de un espacio imaginario… demasiado real para ser cierto (sólo en una primera vuelta, en la segunda que enfoques te parecerá que lo estás viendo, viviendo… porque lo tienes al lado).

Tras el delirio aparente, ráfagas de metáforas que te dejan sin aliento en esta España tan rara donde los que tienen el poder no lo sueltan ni para ir al baño, donde por otra parte cocinan sus más suculentos proyectos. Los cuatro miembros del Club Caníbal escriben un texto que tres además interpretan y el cuarto lo dirige: vaya creación colectiva con años de sabia experiencia que convierte en la habitual dispersión de “lo colectivo” en una pieza teatral de sólida estructura con puesta en escena en la que a la vista están los cambios de vestuario, de voces de personajes en una historia sólida, carcajeante y amarga con influencias mágico-dolorosas con claras influencias de Valle Inclán, Arniches, Berlanga y el reciente compañero de creativas fatigas, José Troncoso. Pero con todo ello, estos admirables caníbales devoran piel y corazón de lo peor del nacionalismo español y liberan los fértiles campos de cualquier elemento tóxico. Imaginación, creatividad… con una risa final que da mucho de sí en el aquí y ahora del espectador más curtido, ya que el humor absurdo cuenta con base neorrealista de hechos demostrados con vehemencia, la misma que sus delincuentes se reclaman víctimas de conspiraciones tan bien urdidas que les llevan a la cárcel.

 

El Gobierno quiere cerrar el pozo que es la fuente de riqueza de Villanueva, un pequeño pueblo en las fronteras de un gran Parque Natural. Pero Julián, el alcalde recién elegido, piensa cumplir lo que prometió a los vecinos de su pueblo: el pozo será legalizado por mucho que el Gobierno o la Unión Europea insistan en el dichoso cambio climático y en cómo los cultivos de fresas están secando el Parque Natural. Una mentira que solo quiere favorecer a los pájaros y las alimañas que se comen sus sembrados. Pero por mucho que lo intenta, Julián no consigue encontrar la vía administrativa para legalizar el pozo, así que urde un plan para que la extracción de agua del Parque Natural sea intocable, recuperar lo que pasó hace mucho tiempo donde hoy está el pozo: una aparición mariana.
Así que, por gracia y obra de la Virgen María, el agua que mana del pozo se convierte en Agua Santa. Y el lugar, en un sitio de peregrinación lejos de las garras del Gobierno. Pero quizás el agua del Parque, como dicen algunos, no sea infinita…

 

Aquí están, estos son: de esta guisa se presentan en la buena sociedad —parque de atracciones con siniestras sorpresas—, aunque ya en escena no paran de transformarse como niños cuyas travesuras no tienen piedad. (De izquierda a derecha: Vito Sanz, Juan Vinuesa y Font García). [Foto: Dágalos]
Infancia marcada por el riguroso cura que castiga a dos chavales: a izquierda, el preferido: más dulce y femenino (Vito Saez); a derecha, el despreciado que llegará a alcalde (Juan Vinuesa): los tiene de rodillas en busca visual de la “Señora” allá en el implacable solazo… Así empieza todo… [Foto: Vanessa Rábade].
Don Julián, el honesto alcalde que quiere cumplir con su promesa. Juan Vinuesa asume el personaje de maravilla, marcándose un monólogo genial con un poco de Hamlet, otro poco de Segismundo y mucho Caníbal… [Foto: Vanessa Rábade].
La política nacional adquiere visos palpables, sin nombrar a nadie conocido. Altas instancias convertirán al buen alcalde en un tipo de buen corazón que cree a fondo en sus embustes…

 

Un brindis oficial que se irá transformando en un clásico número circense con los actores/personajes hieráticos, como si la cosa no fuera con ellos. Espectacular y, como todo lo demás, cárguese en la abultada maleta de los aciertos de estos actores-autores que van más allá de la sátira y el humor, recorriendo caminos escénicos de renovados recursos. [Foto: Vanessa Rábade].

 

Dirección y dramaturgia Chiqui Carabante

Texto Juan Vinuesa, Vito Sanz, Font García y Chiqui Carabante

Con Font García, Vito Sanz y Juan Vinuesa (En las funciones del 20 al 22 de marzo el intérprete Font García será sustituido por Pedro Roca).

Diseño de espacio escénico Walter Arias

Ayudante de espacio escénico Víctor Longás

Diseño de vestuario Salvador Carabante

Diseño de iluminación Benito Jiménez

Composición musical y ejecución en directo Pablo Peña

Movimiento María Cabeza de Vaca

Dirección de producción (Club Caníbal) Marisa Pino

Una producción de Teatro Español y Triple F 

 

NAVES DEL ESPAÑOL EN MATADERO. DEL 14 DE MARZO AL 7 DE ABRIL 2024

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