por Benito Garrido | May 26, 2014 | +Actual
«Al entrar en la caja, la mujer lloraba y temblaba como un flan. Ryan la oyó sollozar mientras cerraba la tapa y la fijaba enroscando seis tornillos en los agujeros que previamente había abierto con una barrena. Por suerte, la mujer no vio que él también...