‘La conducta de los pájaros’, de Jennifer Ackerman

EDUARDO SUÁREZ FERNÁNDEZ-MIRANDA.

El chorlitejo patinegro, del que podemos disfrutar en las playas del mediterráneo, se encuentran en peligro de extinción, según el Libro Rojo de las Aves en España, de la asociación SEO Birdlife. La presión humana, el rastrillado de los arenales, la reducción de su hábitat natural por motivos económicos, hacen que muchas aves se encuentren en grave peligro de desaparición.

Libros como el que acaba de publicar la editorial «Ariel», La conducta de los pájaros, de Jennifer Ackerman, nos ayuda a comprender, y a valorar su existencia. La escritora norteamericana es especialista en temas científicos. Lleva más de tres décadas dedicada a escribir sobre la naturaleza y la biología. Colaboradora habitual de publicaciones como Scientific American, The New York Times o National Geography, entre sus libros más recientes destacan El ingenio de los pájaros, una historia extraordinaria que “nos enseña a apreciar los talentos excepcionales de estas aves”.

En La conducta de los pájaros nos revela la gran variedad de comportamientos que manifiestan los pájaros, incluso dentro de una misma especie. Jennifer Ackerman nos muestra la actividad diaria de las aves, mostrando “que los comportamientos más inusuales y extremos proporcionan un contraste con lo que los pájaros hacen habitualmente. (…) Pone de manifiesto la flexibilidad mental de las aves, y su rico repertorio”. 

La autora ya había estudiado estas aves en El ingenio de los pájaros (Ariel), un libro de gran éxito, donde nos da una perspectiva insólita de estos animales: En su comportamiento “engañan y manipulan, escuchan a hurtadillas, hacen regalos, se besan para consolarse, chantajean a sus parejas, o se alertan mutuamente del peligro”.

Resulta complejo el estudio del comportamiento de un pájaro, los experimentos que se llevan a cabo, requieren de gran paciencia e ingenio. En su libro, Jennifer Ackerman cuenta la experiencia de una investigadora que “estudia un pájaro que se llama Mielero de Nueva Holanda, una especie australiana. La científica pasó cientos de horas grabando las llamadas del mielero. (…) Cada vez que el mielero sentía la amenaza de, por ejemplo, un halcón, emitía una señal de alarma llena de información. Decía a otras aves qué tipo de depredador estaba viniendo, desde dónde, qué lejos estaba, lo rápido que volaba”. La observación de las aves, atenta y minuciosa, es capaz de aportar un conocimiento inesperado de estos animales.

En La conducta de los pájaros se explica, de forma muy gráfica, modos de actuar de estas aves que, de otra forma, no seríamos capaces de comprender toda la complejidad de su proceder. Gracias a este ensayo, podemos llegar a conocer determinados comportamientos, como el de las grullas canadienses que “se pintan de manera deliberada sus propias plumas utilizando matas de hierba enlodada para embadurnarse de barro rojo, rico en hierro, posiblemente con el fin de camuflarse o repeler a los insectos. Otros pájaros como las garzas, los pelícanos y los ibis utilizan la denominada coloración cosmética para la señalización sexual”.

Otro ejemplo lo encontramos en los bosques de Pillaga, en Nueva Gales del Sur, allí los pájaros “zumban, chillan, silban, tintinean y trinan. (…) No se sabe bien por qué cantan con tanta intensidad antes de que amanezca. Puede tener algo que ver con las ventajas de la transmisión acústica a estas tempranas horas de oscuridad. O tal vez sea su manera de anunciar: «¡He sobrevivido a la noche!».

La conducta de los pájaros es una apasionante mirada a sus comportamientos más intrigantes. Este libro debería servir para concienciarnos sobre la compleja y valiosa existencia de estos animales y, de este modo, tratar de resolver la situación en la que se encuentran 1.500 especies de aves amenazadas por la extinción.

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