‘Keyle’, la superviviente

DAVID LORENZO CARDIEL.

Érase una vez una prostituta del gueto de Varsovia. Judía, por supuesto. En el ejercicio de su profesión conoce a un ex convicto llamado Yarme el Espino. Quedan prendados el uno del otro y se casan. La pareja vive una pasión desenfrenada que se encuentra entorpecida por los pogromos y la conflictividad política que reinaba en la Polonia rusa de 1911. Así que Yarme recurre a Max, un hombre de dudosos negocios en ultramar, con la esperanza de que les ayude a escapar de la región. Y, en efecto, los tres vivirán una aventura fuera en América, aunque no será fácil para Kayle mantener la equidistancia entre los vértices del triángulo amoroso que surge entre ellos.

La literatura de Isaac Bashevis Singer posee una virtud que muy raramente se encuentra entre las personas, los libros y cuantos diversos actos realizamos los humanos: ser elegante con el humor. El humor de Singer es, valga la redundancia, uno muy judío, o lo que es decir lo mismo, inteligente, que juega con las situaciones y con las palabras, con la cotidianeidad de los personajes. La investigación psicológica está muy presente a lo largo de la historia de la tradición judía, pero ha sido desde la segunda mitad del siglo XIX cuando, nacimiento de la disciplina al margen, el perfilado del pensar y el obrar forma parte del acervo de la intelectualidad hebrea.

Bashevis Singer fue emigrante en una época dura, la que retrata, y es el humor una característica perenne en su obra literaria. Una novela que desborda inteligencia, fina escritura y un humor brillante es Keyle la Pelirroja. Inédita en castellano hasta la traducción que nos ofrece el sello barcelonés Acantilado, Singer despliega el ingenio que le proporcionó el Premio Nobel de Literatura en 1978.

Para quienes somos férreos lectores de la prosa del escritor polaco, Keyle la Pelirroja sigue el tono y las formas de la inmensa mayoría de sus otras novelas. Las páginas se leen con avidez y sin dificultad, puede percibirse un tono acostumbrado a un estilo en el que el escritor ha planteado el libro con comodidad. Es decir, es una novela que sigue la línea de Singer, y por eso mismo resulta exquisita. La realidad de los personajes, cruda y difícil, fija la mirada sobre una época, el siglo XX, que creo poder afirmar que la práctica totalidad de los lectores conocen las implicaciones sociales y bélicas que tuvo para el mundo. En Keyle la Pelirroja encontrarán una plácida lectura, un divertido juego de situaciones, intereses y personajes, además de un contexto capaz de describir el carácter de todos ellos sin la necesidad de recurrir a grandes descripciones. Un talento propio de los grandes narradores, sin nada que envidiar a los maestros de la época dorada rusa, en quien el polaco se inspiró a través de sus lecturas.

Además, Acantilado ha recogido el testigo de publicar en castellano la obra de Bashevis Singer ofreciendo por primera vez en español esta magnífica novela. Como es costumbre, el libro ha sido impreso en papel de alta calidad y tapa blanda, casi siempre una ventaja a la hora de leer. A fin de cuentas, los libros están para ser utilizados, doblados, sobados, y sus páginas maltratadas por el afán del lector. En este caso, la traducción ha corrido a cuenta de Rhoda Henelde y Jacob Abecasís. Les invito a descubrir una novela que por singular les parecerá acogedora y habitual. Se preguntarán, al leerla, por qué diablos no están escritas todas las novelas con la misma elegancia. Entonces descubrirán, si no lo habían hecho ya, que las cifras de ventas, aparentes o reales, y el favor o el rechazo del público no hacen al escritor, sino que es la obra, en este caso la de un autor afortunado con premios del calado de un Nobel, la que posee justicia en su veredicto.

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