Las zapatillas de andar por casa de Victor Coyote: Entresijos 

Portada de Entresijos (Autsaider comics)

En el mundo del pensamiento humano, nos hemos movido entre la perspectiva idealista (el denominado idealismo) y otra perspectiva que, de manera resumida, podríamos denominar como realista (en la que, al igual que el idealismo, habría muchos matices). Dentro de esta visión realista vamos a destacar una que centra su interés en la experiencia y en la existencia humana: el existencialismo. Este planteamiento indica que todo lo que estudiemos o analicemos, incluso las creaciones culturales, deben partir de la propia experiencia humana. Pues bien, algunos pensadores franceses, de la época de la Segunda Gran Guerra, indicaron que en el ámbito experiencial es donde se configura también la conciencia de cada uno de nosotros. Es decir, los elementos identitarios que, valga la redundancia, nos hacen ser lo que somos. ¿Por qué decimos todo esto? ¿Por qué estamos hablando de conciencia, existencia, vida cotidiana, etcétera?  

¡Vayamos al grano! Víctor Coyote, recientemente, ha publicado un cómic que se titula Entresijos. Un trabajo repleto de existencialismo y cotidianidad. Esta obra, que ha sido publicado por la editorial Autsaider Comics, ahonda en todos estos aspectos mencionados. En esta visión de lo pequeño, de lo existencial, de lo cotidiano, en esas conversaciones que topamos en nuestro día a día, en esa mirada a pequeña escala donde simplemente nos vamos a topar con matices, con pequeñas ideas, con la música más popular.  

Coyote, además, logra crear una obra que puede resultar extraña y sorprendente. No pensemos en una obra espectacular que nos va a dejar boquiabierto. Entresijos es un trabajo, como decimos, sorprendente, pero no de una manera magnífica, grande, sobresaliente, no, no. No es eso de lo que estamos hablando. Nos referimos a que veremos sorpresas relacionadas con personajes, historias, lugares, etc. Conoceremos a un personaje llamado Ana o a otro llamado Pablo saliendo a escena. Un señor caminando con un burro por una colina. Héroes anónimos que se mantienen en el imaginario colectivo. En definitiva, pequeñas cosas que suceden en esta ciudad pero que también podrían haber sucedido en otros lugares.  

Sin embargo, Víctor Coyote nos muestra una visión de la capital de España, que podríamos calificar de inédita. Se olvida de las grandilocuencias y de los grandes hitos, para irse a pequeños sucesos que entretejen la historia de esta icónica ciudad. Recordemos que la historia, precisamente, es la que conforma, como decía Hegel, nuestra identidad. Pues bien, Víctor Coyote nos cuenta pequeñas historias de barrios de Madrid, pequeños personajes que no han sido conocidos ni probablemente lleguen a serlo jamás por la mayoría de la ciudadanía. Pero esta es la realidad. Aquella desnuda de artificio. Aquella en la que una persona, ante un acto machista, realiza pequeños actos heroicos y logra, “simplemente”, unir a las personas.  

Entresijos es una pequeña obra repleta de detalles minúsculos y cotidianos. Una obra que, además, utiliza una narración visual también peculiar que apoya a la narración escrita de un modo francamente sugerente. Coyote opta por utilizar tres colores cada historia. De tal manera que, cada dos páginas, veremos que cambia la tonalidad de las páginas. El color más evidente es el negro, que da continuidad a toda la narración. Después se acompaña, para construir los fondos, de dos tonalidades, entre las que destaca la variedad de azules y ocres. Su modo de conformar estos colores resulta chocante. En algún momento las páginas parecen un poco psicodélicas, en otro, en cambio, parecen algo kitsch, en otros momentos las páginas serán un tanto tenebristas. En definitiva, una obra repleta de matices, sobrecargada en lo visual, aunque minimalista en el color. Una obra de andar por casa, por decirlo así, pero de andar por casa en el sentido positivo de la palabra para que todos aquellos que conozcan Madrid o que quieran conocerlo con más detalle se adentren en su intrahistoria. Un cómic que nos va permitir ponernos las zapatillas y caminar por esa casa madrileña. No os lo perdáis. 

 

Por Juan R. Coca 

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