Nov 15, 2020 | Opinión, Poesía, Viajes y libros
Por Antonio Costa Gómez. El barco se desplazaba por el río de la Plata e íbamos ilusionados de Buenos Aires a Montevideo. Hablamos con un hombre elegante que llevaba varios periódicos. Me quedé alucinado, me dijo que se llamaba Daniel Supervielle y era nieto...