Avenida de Clichy, “Viaje al fin de la noche”

UNA CALLE, UN LIBRO

Avenida de Clichy, “Viaje al fin de la noche”

 

    La novela tenía que empezar en Clichy, el barrio más vicioso y nocturno de París. Como siempre, la gente pensará que la noche tiene un sentido negativo. Es un tópico tan manido que no hay forma de combatirlo. Pero la noche es una oportunidad, como para Djuna Barnes o San Juan de la Cruz. En ella uno deja los ruidos y los discursos del día y se pone a escuchar de verdad. La noche es la lucidez y el desnudarse. Es la vuelta al fondo, es la sinceridad radical. Y es la literatura.

   El libro empieza como un viento: “La cosa empezó así”. Una frase cortante y antiacadémica como todas las de la novela. Y vertiginosa y llena de vida. Y eso es lo que hace la literatura: devolver la vida a la vida, en contra de los sermones y los discursos académicos. Celine nos cuenta con frenesí lúcido la historia de un médico que decide romper con todo y hablar de verdad de su vida y de la vida de Occidente. Y se marcha a África. Y en mitad del mar tiene iluminaciones. Y denuncia todas las hipocresías y las falsedades de nuestro mundo.

   Si Celine fue racista y fascista, eso fueron las gilipolleces del día. De noche se suelta lo que era de verdad. Y siente más empatía por los colonizados de África y por los seres humanos en general que muchos bienpensantes y se sacrifica por ellos. Porque las teorías de alguien se hacen solo con la cabeza, pero la literatura con el ser entero y la noche. También las novelas de Balzac superaban en mucho a sus frases políticas.

   Al final de la novela dos hombres y una mujer avanzan por la avenida de Clichy hacia la plaza. Y los hombres no saben como contentar a la mujer. Y desembocan en la plaza y ya todas las tiendas están cerradas. Están en el silencio y en el final de la noche.

ANTONIO COSTA GÓMEZ  Louis Anquetin, Avenue de Clichy, Wikipedia Commons

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *