‘Casarse’, de August Strindberg

EDUARDO SUÁREZ FERNÁNDEZ-MIRANDA.

Me siento mucho mejor porque he leído a Strindberg… No lo he leído por leerlo, sino por apretarme contra su pecho… ¡Esa furia, esas páginas conseguidas a fuerza de puños! Frank Kafka

August Johan Strindberg (1849-1912) podría formar parte de lo que Aristóteles llamó ‘hombres de genio’, es decir, aquellos seres donde la depresión y la melancolía marcaban fuertemente su personalidad. Así lo estableció el filósofo en el denominado, Problema XXX. Aunque nació un 22 de enero, Strindberg “se consideraba astrológicamente vivo desde su concepción, así que decía que era aries. Los aries simbolizan el sacrificio y la renovación”. Dos conceptos con los que se identificaba, según Jordi Guinart, autor de la biografía: Strindberg. Desde el infierno (Funambulista, 2016).

La depresión, la melancolía, el sacrificio, y la renovación, son cuatro pilares sobre los que se puede sustentar la obra literaria y artística de August Strindberg. Fue el gran renovador del teatro, instauró el Naturalismo en Suecia y se le considera “pionero de la reforma expresionista e investigador de lo que algunas décadas después se conocería como Surrealismo”, rasgos que afloran en dramas como La sonata de los espectros (1907) o El pelícano (1917).

Nórdica cuenta en su catálogo, como no podía ser de otra forma, siendo una editorial interesada en la literatura escandinava, con el escritor sueco. Además de narrador, Strindberg fue pintor, escultor y fotógrafo: “Se adelantó cincuenta años al surrealismo y también se anticipó al expresionismo abstracto. Fue inspirador de los heroicos pintores de la Escuela de Nueva York”, según recuerda Simon Zabell. Ese talento pictórico queda reflejado en el libro titulado STRINDBERG. En él se reúnen textos del autor sueco acompañados por sus pinturas.

Como narrador, August Strindberg es autor de la novela, en forma de relatos, Casarse. Historias de matrimonios. El propio autor se refería a él como un libro “cruel, feo, bello poético, prosaico, sentimental, crudo, horrible, delicado, es decir, ¡como la vida misma!”. De gran éxito en Suecia, es probablemente su obra más leída, se publicó en dos partes. La primera de ella fue escrita en 1884 y consta de doce historias de matrimonios con entrevista y prologo. Si bien es cierto que el escritor sueco tuvo fama de misógino, estos primeros relatos tuvieron buena acogida entre las mujeres. En su prólogo el escritor reconocía que “la mujer está esclavizada por el sistema, por la sociedad, no por el hombre”. Sin embargo, se mostraba en contra del feminismo: “El problema de la mujer solo se resolverá en una sociedad justa a la que no ayuda a llegar la lucha de las feministas”.

La segunda parte de Casarse. Historias de matrimonios, empezó a escribirla en 1885, aunque no aparecería en las librerías hasta un año después. Su escritura se vio influida por la crisis matrimonial en la que se vio inmerso en aquella época.

Esta novela nos habla de situaciones a las que se enfrentan los hombres y las mujeres de finales del siglo XIX. El genio de Strindberg viaja hasta nuestros días para ofrecernos un espejo en el que podamos contemplarnos a nosotros mismos, aunque no siempre sea agradable lo que vemos reflejado. Ya lo decía el cineasta Ingmar Bergman: “Strindberg me ha acompañado toda la vida: lo he amado, lo he odiado y he lanzado sus libros contra la pared, pero no he podido deshacerme de él”.

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